Capítulo 1

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Persépolis, 3 años después

Mahvash corría por todo el jardín detrás de su pequeña hija, Jorshid tenía demasiada energía, muchos le decían que lo mejor era contratar una ama de cría, pero ella quería cuidar a su hija, se detuvo por un momento dejándose caer sobre el pasto, la niña de 3 años regreso con las manos atras de la espalda

-¿Que traes ahí?- Preguntó la reina con voz dulce

-Un regalo...para ti- La niña extendió la mano y le ofreció una florecilla de azucena

Mahvash tomo la flor y besó las manos de la niña, la cargó y puso sobre su regazo, la menor le dio un fuerte abrazo a su madre. Las dos miraron al cielo
-¿Que son?- La niña señaló con un dedo hacia arriba

-Son nubes...lo ves, forman figuras, mira aquella, no parece un león?

- Elefante...- le dijo con su hermosa sonr
isa.

Mahvash la volvió a abrazar, estaba feliz, pero su corazon no descansaba tranquilo desde el momento de su nacimiento y vio que lo cargado en su vientre por nueve meses habia sido una niña. Una niña que tal y como ella debía cumplir con las demandas de los hombres, que tendria que algun dia contraeria matrimonio y seria olvidada para siempre- Quiera Dios que tu futuro sea diferente al nuestro mi vida- Susurró mientras pasaba una mano por el cabello de la niña

3 años mas tarde

-Debes agarrar las riendas con fuerza- Le decía su padre mientras la cargaba y subía en aquella yegua alazana
Ardeshir adoraba pasar tiempo con ella, aunque no disponía de mucho

-Si las agarro con fuerzas no le hago daño, ¿verdad?
-No mi querida hija, no le haces daño, pero si no las aguantas bien sí que puedes hacerte daño- Subió entonces al caballo, se colocó detrás de ella y agarró también las riendas- ¿Estás lista?
-Yo siempre estoy lista- La niña miró hacia atrás con una hermosa sonrisa y en sus ojos avellanas una chispa divertida
Los dos salieron a dar un paseo, Ardeshir tuvo la precaución de que el caballo no fuera más allá de un simple trote, a pesar que su hija le hubiera pedido que fuera más rápido.
-Papá, tengo un amigo
-¿Ah si...? ¿Quien es ese amigo?- El rey esquivó un obstáculo y continuó con la marcha

-Es alto, como tú, y tiene unos ojos muy bonitos

-¿Y de dónde conoces a ese amigo?

-Aparece de vez en cuando, pero nadie más puede verlo

"Un amigo imaginario"-Pensó el padre, en ese momento miró al frente, al menos 8 hombres, todos vestidos de negros, con largas capas grises se acercaban a él. Todo su cuerpo se tensó, no llevaba más arma que su shamsir, y estaba con Jorshid. Detuvo el caballo bruscamente, quizás aquellos jinetes no venían con malas intenciones, aunque desde que la princesa nació habían surgido varias conspiraciones en su contra

-¿Por qué nos detenemos?- La niña miró hacia arriba- ¿Quienes son ellos?
Ardeshir descendió del caballo, una huida solo podría empeorar las cosas- ¿A dónde vas, papá?

-Quédate aquí- El rey comenzó a avanzar, quedó justo en medio, uno de ellos también comenzó a avanzar. Era el único que no llevaba máscaras y su cara le resultaba bastante conocida, tenía una mano sobre la empuña dura de su espada

El hombre se mantuvo a una distancia prudencial de Ardeshir -Majestad...-Dijo enfrentándolo con la mirada, miró más atrás- Puedo decir que no se encuentra solo, la princesa ha crecido mucho

-¡Bajtiar! Se te prohibió la entrada a mi reino, era eso o tu decapitación, y creo que aún estoy a tiempo de lo segundo

El hombre suspiró, hacía algunos años lo castigaron por querer envenenar a la reina, solo que luego tuvo una crisis de conciencia y regresó con el antídoto. Después de aquello el rey lo desterró- Estoy aquí para saldar mi deuda

-Tu deuda es demasiado grande, te perdoné la vida aún así cuando intentaste matar a mi esposa

-Pero volví para salvarla y hoy voy a ayudarte a mantener viva a tu hija
Ardeshir arqueó una ceja- ¿A que te refieres?...

Más atrás Jorshid miraba la escena con más curiosidad que otra cosa, el miedo era algo que a pesar de ser una niña, nunca había conocido, en ese momento miró a su lado, su amigo estaba allí
-Hola- Le dijo con su enorme y característica sonrisa
A Emir le preocupaba aquella conversación, aunque por el momento no veía a nadie acercándose a Jorshid. Aún no entendía cómo podía verlo, generalmente nadie podía ver a sus guardianes, suponía que a eso se refería el Señor cuando dijo que la niña era especial

-¿Me estás escuchando?- Volvió a preguntar ella

-Sí, te estoy escuchando- Le dijo finalmente

-¿Quien es ese hombre que habla con papá?

-Es...un amigo

-¿Un amigo...? No creo
Jorshid era una niña demasiado avispada para su gusto, nunca, en sus muchos años había tenido bajo su custodia una protegida así, a veces le parecía hablar con una adulta, luego recordaba que aún tenía 6 años

6 mucho mas tarde

Era un dia sombrío, la fuerte lluvia chocaba con los ventanales del palacio, había dejado a Jorshid y Mahvash en la habitación de la primera con casi un ejército para cuidarlas, aquel ataque los había tomado por sorpresa, por un momento se sintió a sustado por Jorshid, ella estaba lejos jugando con otros niños y por tanto lejos de su alcance para poder protegerla, pero algo sucedió, era como si nadie pudiera acercarse a ella. Ese día estaban festejando el cumpleaños de la reina, habían reyes y nobles de toda Persia, incluyendo a los reyes de Esmir, quienes habían manifestado su claro deseo de unir sus reinos mediante el compromiso de la princesa Jorshid con su hijo, el príncipe Qaisar. El rey era su gran amigo y estaba maa que seguro que Jorshid estaría más que bien con aquellos dos como suegros, pero aùn no había considerado la posibilidad de casar a su hija. Finalmente llegó al salón del trono, allí estaban los demás nobles, habían enviado a las mujeres y los niños al ala oeste del palacio

-Esperamos majestad que os encontreís bien- Dijo Kurosh, su mas leal consejero

-Espero lo mismo para ustedes, he mandado doblar la vigilancia, podeís regresar con vuestras esposas
Uno a uno le deseó buenas noches mientras se iban retirando, solo quedó Eskandar, su gran amigo, el rey de Esmir

-Contigo mismo quería hablar- Dijo Ardeshir mientras le daba una palmada por la espalda

-Fue un gran susto el de hoy, espero que Mahvash y las niñas se encuentren bien

-Lo están, gracias

-¿Puedo hacerte una sugerencia?- Le dijo el amigo mientras los dos se sentaban sobre los cojines algo revueltos

-Tú dirás...

-Por qué no envías a Jorshid con nosotros?
-¿Que? Me estás pidiendo que aleje a la niña de aquí, es muy pequeña, solo tiene 12 años?

-Ardeshir, con este ataque van 8, ¿no crees que en Persépolis corra peligro?
Ardeshir suspiró, en lo mas profundo le costaba reconocer que su hina no estaba segura en su propio reino, no habia logrado mantener a su hija a salvo- Me duele reconocerlo, pero tienes razón, Bajtiar tenía razón, Jorshid corre peligro

-En Esmir estará segura, será como otra hija

-Lo se amigo

-Y quien sabe, quizás el convivir con Qaisar le venga bien a los dos, y a nuestros reinos

-¿No te rindes, verdad?

-Considéralo, por la seguridad de Jorshid

-¿Cómo crees que le diré eso a Mahvash?

-Es tu decisión Ardeshir, parto dentro de una semana a Esmir, Jorshid es bienvenida

Jorshid, la historia de una reinaWhere stories live. Discover now