Capítulo 10

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Esa mañana Nakisá había visto como Nakisá despedía a su hijo tal y como muchos años antes ella lo hiciera con su esposo Jashayar, había sido la última vez que lo vio con vida, tanto a él como a su segundo hijo Jashayar II, esperaba que Mahvash no corriera con su misma suerte y que por voluntad de los dioses pudiera tener a su hijo de vuelta otra vez. Lo vio despedirse besando su frente y luego partió al galope seguido de su ejército. Se despegó entonces de la ventan, el sol comenzaba a levantarse en el firmamento, un nuevo día acababa de comenzar, estaba pensando en pasar un poco de tiempo con Jorshid y Setare, Ghazal andaba como fantasma casi todos los días así que era un poco difìcil dar con ella. Pero como siempre algo interrumpió su calma, Vashti, la dama que se había traído desde el Palacio de Invierno entró en su habitación, y por la cara algo había sucedido, susurró unas palabras a su oído, se levantó rapidamente, mientraa caminaba por los pasillos la chica le seguía atropelladamente

-¿Estás segura de eso?

-Si su majestad, sus informantes me han avisado esta mañana

Nakisá se detuvo entonces frente ao dormitorio de Ghazal, un séquito de 7 guardias custodiaban la puerta, una medida impuesta por Ardeshir para proteger a la familia real- ¿Alguno de ustedes vio algo?- Los celadores se miraron entre ellos, fue entonces cuando comenzó a depositar una bolsa de dinero en la mano de cada uno- Repito la pregunta ¿Alguno de ustedes vio algo?

-No Reina Madre, nadie ha entrado ni salido- Respondió uno de los guardias

-Muy bien, ahora apartense y déjenme pasar

La imagen le sorprendió un poco, ciertamente ninguna abuela quiere encontrarse a su nieta en aquellas condiciones, Ghazal yacía acostada sobre el pecho desnudo de Delshad, la habitación estaba revuelta, ciertamente la noche anterior sucedieron mas cosas que solo "dormir" en aquella habitación. Pero ni ella era una abuela normal ni su nieta era común, así que habría que tomar al toro por los cuernos.
Carraspeó la garganta pero solo consiguió que Ghazal se removiera bajo las sábanas de seda.
Suspiró corrió entonces las cortinas, agarró un jarrón y lo lanzó a la pared mas cercana a la cama. Ambos saltaron del susto

-¡Espero que hayan dormido bien y a gusto!- dijo mientras sonreía

- Creo que yo me voy- Delshad hizo ademán de ponerse de pie pero la imponente voz de Nakisá lo detuvo

-¡Tú te quedas!...Y ahora que tengo la atención de ambos pueden decirme en que demonios estaban pensando-Delshad quiso contestar pero la vieja reina levantó una mano- Tù sabemos obviamente en que estabas pensando...

-Reina Madre, yo no obligué a nadie

-¡Claro que no! De ser así yo misma te cortaría algo y no presisamente la cabeza- Miró entonces a donde su nieta- Y tú has el favor de vestirte, bastante vergüenza estoy pasando ya por tu culpa

-Abuela- Intervino Ghazal mientras se cubría con la sábana- Entre Delshad y yo no ha pasado nada extravagante, solo lo típico entre un hombre y una mujer que se desean mutuamente

-Muy bien eso que acabas de decir...pero esas mujeres de las que hablas están casadas y tú...estabas muy lejos de serlo

-Ni piense que me voy a casar con su nieta

-Eso debiste pensarlo antes de llevártela a la cama- Espetó Nakisá, no iba a darse por vencida hasta restaurar la honra de su nieta, en momentos como esos era de vital inportancia mantener las apariencias

-Sepa usted que antes de mi ya alguien había visitado esos lugares

Intentó ocultar su sorpresa, por los dioses, Ghazal se guardaba mas secretos de los que ella pensaba- Entonces vas a tener que pagar tú por los anteriores

Delshad la miró por unos segundos, quizás si se casaba con Ghazal estaría más cerca del trono de Persépolis, sobretodo si lograba embarazarla

-¡Abuela no es justo!- Protestó la joven

-¡Tu callada!- Se volvió otra vez a donde Delshad- Y bien, para cuando quieres la boda, mañana o pasado mañana

-De acuerdo, acepto casarme con su nieta, pero exijo algo a cambio

-¿Qué quieres niño?

-Hoy parto a Ecbactana, le avisaré mediante una carta

-¡Ah no! Cuando regreses a Ecbactana volverás con una bellísima esposa

-¿Y si no quiero que pasa? Soy un príncipe, no puede obligarme a nada

-Claro que no, volverás a Ecbactana, pero con los pies por delante- Delshad acuchilló con la mirada a Nakisá pero sin mediar palabra salió de la habitación- Y tú, vístete, y no vas a salir de aqui hasta que estés casada.

Respiró hondo, no era la primera vez que lideaba con una situación así, de cierto modo ya estaba entrenada- No la dejen salir hasta que yo de la orden- Les dijo a los guardias. Aùn no era mediodía y ya estaba hasta el pelo de problemas

Llegó entonces al jardín donde placidamente desayunaban su nuera y su nieta, tomó asiento junto a ellas, bebió agua

-Tu hija se va a casar- Soltó sin preámbulos haciendo que Mahvash se atragantara con las frutas que tenía en boca

La reina miró entonces al lugar que ocupaba su primogénita, abrió los ojos

- A mi no me mires- Alegó Jorshid rezando porque su abuela no estuviera hablando de ella

-No me refiero a Jorshid, hablo de Ghazal

-¿Ghazal...? Pero...aún es muy pequeña...ella...

-La encontré esta mañana en la cama con Delshad, además de lujuriosa es tonta la chiquilla, a ver que le costaba despertarse más temprano, sacar discretamente a Delshad de su habitación...- Se percató entonces que ambas la miraban como si estuviera loca-El caso es que debemos casarlos

-Quieres casar a mi hija...sin contar siquiera con mi aprobación, ¿estás loca acaso?

-No, de hecho, tu debieras prestar mas atención a Ghazal, porque según Delshad alguien más había estado jugueteando por allí antes que él

-¡Ahora cuestionas mis métodos de educación!

-Con razón Ardeshir me dejó a cargo- Dijo Nakisá con calma- Eres demasiado pasionaria

-Eres...- Ni siquiera terminó la frase, su suegra la volvió a interrumpir

-Solo se los digo porque estoy convencida que la gente empezará a comentar y debemos estar listas para responder ante cualquiera, Ghazal es virgen ¡punto final!

-Mamá, la abuela tiene razón, deberíamos hacer lo que dice- Dijo Jorshid recordando la ùltima noche donde vio a Delshad escabullirse en la habitación de su hermana

-Me maravillo con ambas. Voy a ver a mi hija

-Déjala Jorshid...- Nakisa comenzó a comer- Tú eres como yo, pensamos con la cabeza

Jorshid, la historia de una reinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora