Capítulo 33

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-Espero que tengas bien claro lo que haces Jorshid, un mal entendido con mi padre y es capaz de atacarnos

-¿Y a caso no lo ha hecho ya? Tu padre te traicionó desde el momento que eligió  a Izan por sobre ti

-Mi padre tiene prioridades en la vida- Y claramente él no estaba entre ellas, nunca lo había estado, por qué habría de hacerlo ahora. En sus planes nunca estuvo tenerlo a su lado cdo se hiciera rey, ahora debía cargar con las consecuencias, Mansur no lo dejaría así y Amrit de seguro tomaría cartas en el asunto.

-Y nosotros también, Leyla es mi familia ahora, y la familia se protege

-Jorshid...- La chica estaba a punto de abandonar la habitación seguida por sus dos perros

-La decisión está hecha Keyhan, la traeré así tenga que ir a Ecbactana a buscarla

Ecbactana
Comenzaba a caer la noche y Ghazal comenzaba a impacientarse, el hombre que supuestamente debía llegar con el encargo de su abuela comenzaba a demorarse y ella odiaba esperar. Divisió un jinete a lo lejos y pidió a los dioses que fuera él, al parecer escucharon a su plegaria porque en pocos minutos el hombre desmontó de su caballo frente a ella. Le entregó un frasco envuelto en telas  de color negro

-Dos gotas durante tres meses

-¿Estás seguro que nadie sospechará nada?

-No, ahora quiero mi oro- Rebatió el hombre con aquella voz sombría

Ghazal le entregó una bolsa- Ahora desaparece- Se dio la vuelta, debìa apresurarse a llegar, el hombre habìa tardado en llegar y estaba segura que en palacio ya la entrometida de Qudamah le habría dicho a Delshad que no estaba, era una entrometida y odiaba ver la manera en que mimaba y concentía a Leyla, algún día la chiquilla tendría que salir debajo de sus faldas y enfrentarse al mundo, un mundo que era cruel y mejor que estuviera preparada. Entró por la puerta trasera, pero antes debía pasar por la cocina, el plan de su abuela ya estaba en marcha y más le valía que saliera bien.
Habló con la cocinera, ella misma prepararía la comida de ese dìa, odiaba cocinar, pero que remedio tendría que hacerlo.

Kisra

-Anunciaremos a todos que estás encinta, que esperas a mi heredero y con eso nos aseguraremos el poder de Persépolis, mi sobrina aún no logra embarazarse, nuestros planes van viento en popa Arzu- Izan hablaba con pasión, su sueño por fin se haría realidad

-Querrás decir que tus planes van viento en popa- Dijo pensativa mientras miraba su comida, sentía náuseas

-Desde que te reuniste con Jorshid te noto diferente, no dejes que te meta sus ideas raras en la cabeza Arzu- Ella levantó la vista y se encontró con aquellos ojos del color de la avellana, como Jorshid y como los de todos en aquella familia.

-Quizás Jorshid solo me abrió los ojos- En ese momento una bofetada le marcó la mejilla

-Si ese es el caso me encargaré de que los cierres de nuevo, no olvides cual es tu lugar aquí

Se puso de pie, le ardía la piel y estaba segura que tendría sus manos marcadas- Mi lugar es aquí, como lo que soy, la reina y si, fue algo que me enseñó Jorshid, como también me enseñó a que debo defender a mi tierra

Izan la agarró por el brazo y la lanzó contra el suelo- Tendré piedad y compasión solo porque estás cargando a mi hijo en tu vientre, y más te vale Arzu que sea varón, porque entonces ni los mil consejos se Jorshid te servirán- La amenazó para luego dejarla allí en el suelo humillada

Si tan solo alguien le hubiera advertido del gran peligro que significaría dejar que Izan se adueñara de todo. Quizás en un momento pensó que todo sería más cómodo, que él se haría cargo y ella solo se dedicaría a quedar en laa sombras, pero se estaba dando cuenta que no era eso lo que quería, ni tampoco lo que necesitaba, Jorshid era más joven que ella, pero en su breve conversación le había enseñado mucho. Ahora traía un hijo en su vientre y tenía que velar por su seguridad también, debía ponerse las pilas

Susa

Su noche de bodas estuvo muy lejos de como la imaginó un día, no había magia y su esposo había dejado de ser el joven cariñoso y atento que la enamoró un día. Esta no era la vida que había imaginado para ella, ahora iba en un carruaje camino a lo que serìa su nueva casa, pero jamás serìa su hogar y mucho menos al lado de aquel hombre al que por lo visto no conocía en lo absoluto.
Se preguntaba como sería su nueva vida mientras pasaba la mano sobre un moretón en su antebrazo, él lo habìa hecho cuando durante su fiesta de matrimonio bailó con sus amigas, aquel baile simbolizaba su despedida como soltera y también significó la entrada en su nueva vida, su padre intervino y logró calmar a Daren, pero ahora era de su propiedad, era solo una cosa que pasaba de un dueño a otro, ahora Daren podría decidir incluso lo que comía y cuando lo comía. Al menos había recogido algo de información que tenía que hacer llegar a Jorshid de una manera u otra.

Y durante dos meses ejércitos avanzaron, planes se tejieron cual telas de araña alrededor de 5 reinos. 5 reinas luchando por lo que creìan correcto, defeniendo su tierra, lo suyo y a quienes creían como suyos. Dos chicas tratando de hacerse notar y conviertièndose en más fuertes cada día, la lucha sería cruel para todas ellas, una que les arrebataría sus mayores tesoros

Jorshid, la historia de una reinaWhere stories live. Discover now