Jorshid, la historia de una reina

Capítulo 34

Estaban en el muelle, era de noche y solo habían dos o tres antorchas prendidas. Después de tantas idas y venidas Leyla atracaría esa noche en suelo de Persépolis, había tenido que batallar mucho con Mansur y Amrit para que la dejaran visitar a su cuñada a las puertas de su boda pero milagrosamente Keyhan la había apoyado y su plan de romper el matrimonio de Leyla estaba en marcha.

Aquella quizás era la primera noche tranquila que tenían en mucho tiempo, el ejército unido de Ecbactana y Kisra había tomado puntos estratégicos para atacarlos y la poca coolaboración de Susa teniendo que bordearla les había quitado tiempo, uno valioso que había provocado que estuvieran siempre un paso por detrás de Izan. Aunque Jorshid lo negaba él estaba convencido que Arjun, el rey de Susa actuaba a sus espaldas y violando el decreto de paz firmado por el antiguo Shah Jashayar cuando se casó con Bahar.
La guerra estaba siendo cruel, más cruel de lo que pensó un día, mujeres y niños morían a diario y les estaba costando bastante conseguir alimentos para todos, aún así lo intentaban lo mejor que podían. El ejército de los inmortales obedecía solo a su líder, y si Bajtiar no quería seguir las órdenes del rey entonces se hacía todo como él quisiera, aquello le había costado varias bajas y enormes peleas y discusiones con Sahir que Jorshid trataba de aplacar, pero a él no le gusta, le encendía la sangre verlo allí, Sahir podía destruir en un abrir y cerrar de ojos todo lo que había logrado construir con ella en aquellos meses.
La miró con detenimiento, la luz del fuego iluminaba su cara, cada facción de ella, y cada pedazo suyo le atraía, tiempo para intimar y conversar solo tenían en la privacidad de su habitación en las noches, y pocas veces era así, un llamado urgente en la puerta los sacaba de aquel mundo en el que se abstraían, pero incluso él prefería tenerla a su lado sin importar que fuera en silencio.

Una mano se entrelazó con la suya, comenzaba a acostumbrarse al tacto de esa mano junto a la suya, lo miró, le costaba creer que empezaba a sentir algo por aquel hombre que en un principio no le provocaba algo más  que repulsión, enojo, ira. Eran nuy diferentes, pero al menos trataban de mellar esas diferencias, no siempre estaban de acuerdo, pero si trabajaban juntos todo resultaba mejor. Había encontrado un amigo en Sahir y compartía con él su amor por los libros y la estaba ayudando bastante en asuntos relacionados táctica y estrategia de guerra además de que controlaba bastante bien a Bajtiar y su ejército, cosa que le resultaba algo extraña, tenía un pálpito, algo que quizás estaba pasando por alto.

-¿Aún no le has dicho a Nakisá?- Preguntó Keyhan mientras la acercaba a él, el otoño estaba empezando y las noches eran más frescas cada vez

-No, quedamos en que esto sería un secreto- Respondió mirando un pequeño bote que comenzaba a acercarse a la orilla, unos pendientes de oro resaltaban, era Leyla, finalmente estaba llegando

-No creo que podamos ocultar una cosa así, menos a tu abuela, es como si tuviera ojos en las paredes- Varias noches anteriores a aquella habían tenido un pequeño roce en relación a aquel asunto- Entiendo tu punto pero entiende el mìo también

-Es cuestión de seguridad Keyhan, mientras menos sepan mejor, Nilufar está al acecho desde que te negaste a casar con ella, no quiero imaginar lo que haría, y si se le ocurre hacer algo...

-Yo mismo la mataría Jorshid- Dijo mirando el bote que era atraí por los trabajadores y luego ayudaban a la joven a desembarcar. Jorshid tenía encima su capa negra, habían muy pocos hombres y la mayoría solo pensarían que eran algun noble o alguien de palacio.

Se adelantó entoces a recibir a Leyla, la sostuvo de la mano y la llevó hasta el carruaje que los llevaría de vuelta al palacio, Jorshid ya esperaba dentro. Montó e hizo una indicación al hombre para que emprendiera el viaje de regreso

Leyla se notaba nerviosa tiritaba, no habría podido decir si por el frío o ppr estar lejos de su hogar por primera vez, Sostuvo sus frías manos entre las suyas- Tranquila, ni Keyhan ni yo dejaremos que pase algo que tu no quieras