Capítulo 14

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Persépolis
Había pasado una semana ya, Jorashid pasaba los día en reuniones donde tenía que batallar con todas sus fuerzas para que su opinión fuera escuchada, resultaba que sabía muy poco de guerra y en ocasiones aquello resultaba evidente, aunque debía agradecer el apoyo que le estaba dando a su abuela, por otra parte su madre no había salido de su habitación desde que la noticia de la muerte de su padre fue anunciada, estaba pensando que quizás ella necesitaría mas tiempo para procesar la noticia.
Mientras terminaba de acomodar su vestido se miró al espejo, respiró hondo, era hora de salir a batallar, ya tendría tiempo para estar sola e irse lentamente en làgrimas. Terminaron  de acomodarla y sentía que llevaba mas joyas encima que el cofre donde las guardaba. Llamaron a su puerta y alguien abrió. Kurosh apareció entonces

-Buen día majestad, la reina madre la espera en el salon de reuniones

Jorshid se apresuró a salir del cuarto, ese era el día en el que los generales de la guerra Alí y Badra le harían un resumen de todo lo sucedido. Como siempre su abuela se había adelantado y ya de seguro tenía media reunión adelantada. Llegó al salón y alguien la anunció, ya nadie decia el nombre de su padre, no se referían a ella como princesa, ahora era la reina de un imperio que estaba cayendo poco a poco

Se abrieron las puertas y ambos hombres se pusieron de pie, caminó sin agachar la cabeza por un segundo hasta que ocupó el lugar que antes había sido de su padre, le dedicó una mirada rápida a su abuela y no le hizo falta mucho para ver que el tema que se estaba tratando era serio

-Majestad, lamentamos la perdida de su padre, nuestro Sha

-Una gran pérdida para todos ciertamente- Dijo con la mirada fija, temía echarse a llorar otra vez- Pero usted no está aquí para hablar de eso

-Tiene razón prin...majestad, la guerra nos está costando mucho, Ecbactana se ha fortalecido y cuenta  con la ayuda Esmir- Si, el reino que una vez juró lealtad a Persépolis ahora levantaba sus ejércitos contra el clan del sol- Han invadido pueblos y arrazado con aldeas enteras, la gente está muriendo de hambre y los - Las palabras de Alí salían como si...como si las disfrutara

-Supongo que no está aquí para decirme algo que ya sé general- Jorshid respondió en el mismo tono que aquel hombre de piel quemada

-Majestad, hace algunos días recibimos esta carta- Badra estiró la mano y le cedió el pequeño pergamino- Los ecbactanos, en especial su príncipe nos ofrecen una tregua

-Quieren que contraiga matrimonio con Keyhan Demayanti a cambio del cese de la guera y alimento para el pueblo- Se anticipó a la respuesta, ya había estado hablando anteriormente con Keyhan y conocía bien sus puntos

-Así es majestad, estamos aquí para llevar su respuesta a Ecbactana- Volvió a decir Alí con su desesperante tono de burla

-¿Por qué asumen que mi respuesta será positiva?- Pudo ver la sopresa en la cara de aquellos hombres- Mantendremos la guerra, cambiaremos nuestros métodos, implementaremos nuevos planes de ataque, pero Persépolis mantiene su ejército defendiendo a su pueblo

-Pero Majestad, el trato es simple, usted solo debe contraer matrimonio, incluso una alianza con Ecbactana incluso nos fortaleceria- Alegó Badra, aunque ni siquiera él estaba seguro de que aquello fuera buena idea

Nakisá quiso decir algo pero su nieta nuevamente se le adelantó- Haciendo eso solo demostraríamos que nuestro poder y gloria ha sido desplazado, pasaríamos a ser una provincia de Ecbactana incluso si me caso con él, ¿dónde habría quedado la gloria que mi padre y muchos antes que él le dieron a este país?

-Supongo que la reina ha dejado su punto claro, Persépolis se mantiene al pie de guerra- Las cosas se estaban subiendo de tono y ella mejor que nadie conocía el mal genio de Alí.

Y nada mas lejos de sus suposiciones cuando se puso de pie y con un puño sobre la mesa le gritó a su nieta- ¡Nos estás condenando a muerte! Quién a visto una mujer reinando sola- Los guardias rápidamente se interpusieron entre él y la reina

Jorshid se levantó con parsimonia y rodeo la mesa que los separaba, enderezó los hombros y alzó la cabeza mirándolo a los ojos- Tiene suerte de que mi padre lo haya considerado hombre de confianza y un buen guerrero, pero ahora yo soy la reina, las decisiones las tomo y yo decido lo que es correcto o no, usted opina, yo decido...Y si nunca a visto a una mujer reinando sola, prepárese, la verá ahora. Así que puede hacer este mensaje extensivo para el resto de nuestra tropa y en especial al príncipe de los Demayanti, Persépolis se mantiene luchando, no vamos a ceder ante ninguna amenaza, vamos a ganar esta guerra con orgullo- Dirigió su vista entonces a Badra- ¿Ha quedado claro?- El hombre agachó la cabeza. Sin esperar respuesta salió de aquel lugar, estaba asustada, sentía temblar cada fibra de su cuerpo, sintió a su abuela detrás suyo, se giró, estaba a punto de estallar, solo quería un abrazo y no había tenido uno desde que Emir se fue

-No, aguanta hasta que estés sola, después de lo que dijiste allí tienes que seguir aparentando ser fuerte- Le estaba enseñando a Jorshid lo mismo que su madre el día en que su matrimonio con el futuro rey de Persépolis fue fijado, ella era una dama de la corte hija de un comerciante existoso y adinerado y en aquel tiempo Persépolis necesitaba dinero, uno que ella podría proveer gracias al matrimonio, así que su madre la.enseñó, y gracias eso se convirtió en una gran reina, madre y esposa, pero para ello debía ocultar sus sentimientos- Una cosa si te digo, te apoyaré en todo, pero el pueblo no aceptará una reina soltera y si por casualidad se pone en duda tu castidad...

-¿Crees que no se eso?- Suspiró- Quizás no sepa mucho, pero no estoy dispuesta a entregar mi país a alguien que me pondrá en segundo plano y se adueñará de él

-Sé lo que estás tratando de demostrar hermoso Sol, todas en algún momento de nuestra vida hemos querido eso, no puedo tildarte de egoísta, pero incluso tu padre lo dejó por escrito y me dejó a mi encargada de eso, Jorshid, si la situación no mejora nos veremos obligados a unir nuestro reino con esos bárbaros para salvarnos y tú serás ese salvoconducto, estarías salvando a tu país a cuenta de tu sacrificio, es lo único que importa

Sin mediar palabra volvió a darse la vuelta, necesitaba a su madre, aún si eso significaba sacarla por los cabellos de su habitación

Jorshid, la historia de una reinaWhere stories live. Discover now