32

1 0 0
                                    

Muy temprano en la mañana me despertó el timbre del teléfono. Era Luis totalmente conmocionado y acongojado, vociferando que nuestro padre había muerto. "Se mató, David...Se mató" recuerdo que fueron sus exactas palabras, casi al borde de la histeria. La dicción entrecortada denotaba un llanto desconsolador. Pobre Luis.

El hecho no me extrañó, ni me sorprendió. Yo ya no era esa persona perdiendo un padre, yo era una abstracción, una división de mí. Entonces mi padre se había suicidado como yo lo había planeado. Aquella era la notificación final que necesitaba oír. Lo único que anhelé fue que se haya muerto tan de pronto de forma que no tuviera tiempo para despedirse de todos en su mente o siquiera de considerar que no se quería morir. Yo no necesitaba ser en la última memoria de esa persona. Lo calmé a Luis y todo; le dije que más tarde lo llamaría. Traté de sonar compasivo. Pero era mentira. Ya no llamaría nunca más a nadie. Mi labor ya estaba hecha.

Mi avión despegaba a las cinco de la tarde, así que tuve tiempo para desayunar y para revisar todo mi equipaje. Recuerdo que me hizo reír el rememorar algo: recordé un episodio con Sonny Stábile. Él había hecho un gesto mientras contaba algo gracioso que había sucedido en el barrio. Más de grande, con el correr de los años, pude encontrar la similitud cuando repitió ese mismo gesto pero contando algo espantoso sobre un asesinato o algo así. Yo estaba impresionado con la noticia referida, pero me reí por recordar el episodio gracioso de hacía ya años. Ignoro por qué recordé aquello mientras desayunaba y preparaba las cosas. Yo ahora puedo conjeturar que fue un mecanismo de defensa por la muerte de mi padre; pero en ese momento sentí que no tenía remordimiento alguno, pues eso debía ser así. Esa era una justicia.

Tal vez yo había perdido la razón; pero, insisto, yo no era quien cavilaba sobre esas cuestiones. Errando en estos artilugios de la mente, dejé pasar algunas horas y salí con anticipación.

Dado el momento en que decidí salir, me despedí con integridad de Buenos Aires. Esa cosa que adoramos los argentinos ya no la vería más; poco a poco me iba desprendiendo de la arquitectura y las calles y los transeúntes.

En suma, el viaje hasta Ezeiza se hizo melancólico. Estaba despidiéndome de mi pasado, acaso.

Una vez llegado al aeropuerto me senté en el hall a inspeccionar un poco el cuadro. Traté de no pensar en el vuelo, pues me ponía un poco ansioso. Buscaba refugio en los colores otorgados por ese ocaso. En ese momento recordé otra cosa. Conjeturé que era normal comenzar a recapitular detalles del pasado cuando uno abandona cosas avocadas a lo sentimental. Recordé la primera cita con Ana María. Yo le había admitido nunca haber concurrido a un velorio; ella me explicó cómo era el ambiente, quiénes iban, qué tipo de personas, qué hacían en general allí frente al muerto. Yo, que no había practicado aquello, me asombraba por oír que la gente era capaz de reír en su círculo de conversación frente a un ataúd lleno. ¡Me asombraba y ahora yo no sentía la menor piedad y la menor pregunta por lo que sucedería con el cuerpo de mi padre!

Recién allí reparé en cómo le habría afectado mi madre a la noticia, si es que la había afectado, si es que se había enterado hasta entonces.

Procuré, en el sector de embalaje, que a la pieza la trataran con delicadeza para que no la estropearan; que se me hubiese rayado como a mi abuelo le había sucedido hacía tanto tiempo, pudo haber sido catastrófico para mi emoción.

Al momento del despegue miré la pista. No hube de pensar demasiado, dado que estaba bastante tenso por el viaje. No era mi objetivo morir por una caída, por un desperfecto mecánico. Bastaba con que me permitieran poner siquiera un pie en tierra firme para afrontar mi responsabilidad. Procuré dormir para no sentir nada.

Del vuelo recuerdo poco; se trataba de una experiencia nueva para mí. Estaba asustado, pero una vez en el aire, no lo estuve tanto como creí, como mi imaginación vaticinaba.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 18, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Lo triste de la lunaWhere stories live. Discover now