Al filo del alma ~ Taekook

XVI-Tentaciones

Jungkook

Me paso todo el día merodeando por la casa. No veo a Taehyung en todo ese tiempo y cuando finalmente aparece se comporta algo distante conmigo. No sé por qué eso duele.

Durante la cena habla solo con Hoseok y a mí me ignora. ¿Será que se aburrió de mí?
Finjo no darle importancia y hago lo mismo que hace él, ignorarlo.

A las diez de la noche regreso a su habitación para luego entrar al baño y tomarme una larga ducha. Cuando termino envuelvo una toalla en mi cintura y regreso al cuarto por algo de ropa limpia.

Abro mucho los ojos cuando me encuentro con Taehyung allí, él sostenie unas bolsas en las manos mientras me recorre con la mirada. Sus ojos están oscurecidos y no aparta su vista de mí. Por alguna extraña razón no me molesta que lo haga, es más, creo que... creo que me gusta.
Aún así no puedo evitar sonrojarme hasta las orejas.

ㅡTe traje la ropa que usarás mañana en la fiestaㅡdice casi tan sonrojado como yo pero fingiendo que no pasaba nada.

Había olvidado que la dichosa fiesta era mañana, ya me he resignado a ir de todas formas. Las reuniones grandes definitivamente no son lo mío pero no tengo otra opción.

Me acerco a tomar las bolsas que sostiene y observo su contenido. Parece ropa cara, ropa que en situaciones normales definitivamente yo no usaría.

Intento no pensar en la situación que pasan muchas personas ahora por falta de dinero y reprimo cualquier sentimiento de desprecio que amenaza con surgir.

ㅡGraciasㅡdigo y me dirijo al armario para guardar todas las bolsas.

Miro toda su ropa y entonces recuerdo que en realidad no tengo ninguna prenda cómoda para dormir. Indeciso y en voz baja le pregunto:

ㅡ¿Tae... puedo usar tu ropa?

Él sonríe y asienteㅡPuedes tomar todo lo que tú quieras, todo aquí es tuyo.

Hago caso a sus palabras y tomo una remera negra junto con unos buzos del mismo color y me los pongo sin importarme tener a Taehyung allí observádome. No me molesta que me vea.

Cuando giro hacia él lo encuentro aun mirándome tan profundamente que me hace estremecer. Después de unos segundos de aturdimiento finalmente parece reaccionar.

ㅡSupongo que debo irme ya. Descansa.

ㅡ¿Te irás?ㅡpregunto algo decepcionadoㅡ. Puedes quedarte si quieres. ㅡNo sé de dónde salió eso. Quiero que se quede, sí, pero de ahí a decírselo es otra cosa.

ㅡNo quiero incomodarte.

Parece estar casi tan nervioso como yo, lo que me parece tierno y el pensar que soy yo quien lo pone así me hace sentir de maravilla.

ㅡPor favor, quédate.

Mis propias palabras me sorprenden y hacen que me dé cuenta de cuánto deseo realmente que se quede conmigo. Lo necesito.

Él acepta sin dudarlo y poco después ambos nos metemos a la cama. Lo veo tomar una almohada. No, no quiero que abraces la almohada, quiero que me abraces a mí.

ㅡ¿Siempre duermes así?ㅡpregunto señalando la almohada entre sus brazos.

ㅡNecesito abrazar algo para dormir, es un hábito que tengo desde pequeñoㅡdice sin darle mucha importancia.

ㅡDéjalo, puedes tomarme a mí si quieres. Seré tu osito de peluche por esta noche. Abrázame a mí.

Definitivamente no sé qué pasa conmigo, mis palabras salen sin pedir permiso. Creo que perdí la cabeza, pues de ninguna manera podría hacer esto estando en mi sano juicio. Mi propia boca está traicionándome al soltar esas palabras.