24. Trabajo de medio tiempo

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Arribaron en Shanghái casi entrada la noche. Xiaoxi se aseguró de no separarse en ningún momento de sus amigos y mucho menos de la vista de su primo.
No había vuelto a ver a A-Si y en parte eso la tranquilizó.

A su casa llegaron en poco tiempo. A decir verdad, aquella noche no había tráfico y al taxi le resultó fácil llegar en menos de treinta minutos.

De lo cansada que estaba, había olvidado llamarle a la chica de la tienda de té para decirle que al día siguiente sí se presentaría a la hora acordada.
Por lo tarde que era, simplemente decidió descansar y presentarse al día siguiente.

Y así lo hizo. Muy temprano, por la mañana, se despertó, arregló y salió con dirección a su nuevo y primer empleo. La tienda de té estaba cerrada al momento de llegar y tuvo que esperar un rato más.

–¡Hola! Tú debes ser la chica que repartirá los volantes, ¿cierto? Yo soy Jiang Xiaoyou, un gusto conocerte.

–¡Hola! Soy Chen Xiaoxi.

–Bienvenida. Entra –Xiaoyou tenía la misma edad y estatura que Xiaoxi. Entraron juntas a la tienda y enseguida Xiaoyou llevó a su nueva compañera a la bodega –este será tu uniforme. Estoy segura que te quedará, a mi me queda muy bien. Y también te recomiendo que compres un ventilador portátil, usarlo te hará sudar muchísimo. No traigo el mío, sino te lo prestaba con mucho gusto. Ah... Lo más importante, estos son los volantes que hay que repartir. Las promociones del fin de semana, ¿Alguna duda? –Xiaoxi negó con la cabeza –¡Genial! Los baños están por allá, ponte el disfraz ¡Suerte!

Xiaoyou alzó sus puños a manera de desearle suerte a su compañera, después, tomó de un perchero un mandil y una gorra y caminó hacia la tienda para abrir sus puertas.

Xiaoxi por su parte, miraba con atención aquel escandaloso dinosaurio rosa.

¿Por qué un dinosaurio? ¿Por qué no pudo ser mejor una vaca? Pensó dudando si de verdad necesitaba el dinero Sí. Lo necesitas. Ni modo.

Con energía, caminó hacia los baños y en menos de quince minutos salió a la calle a repartir los volantes a todas las personas que pasaban.

Aún no era medio día y el tránsito de clientes era muy poco. Sin contar que la cabeza del dinosaurio le tapaba la visión y simplemente estiraba su mano en espera de que alguien se apiadara de ella y aceptada el volante. Así que tardó muchísimo aquel primer día en repartir todos sus volantes, aunque la satisfacción fue mayor cuando al final recibió su paga.

Cerca de 800¥ por las cuatro horas dentro de la irrirante botarga habían válido muy bien la pena.
Incluso se dispuso a invitar a sus amigos a comer helado después de trabajar.

Creyó que para ser su primer día había sido difícil, pero sin dudo el domingo sería mejor. Las plazas y centros comerciales tenían más gente aquel día durante mucho tiempo. Podría repartir cientos y cientos de volantes en un ratito. Incluso le había pedido permiso a su jefa de alejarse un poco más de la tienda para ofrecer volantes a las personas que no pasaban por ahí.

–¡Es una gran idea! ¡Si no te molesta puedes hacerlo!

Así que tanto ese fin de semana como al siguiente, Xiaoxi caminaba por la plaza repartiendo volantes a cual más se le cruzará enfrente.

Con lo que no contó fue que en su segundo fin de semana trabajando estaría realmente agotada.
No había dormido la noche anterior por quedarse a altas horas de la noche platicando con Jingxiao sobre la residencia estudiantil a la que iría en unas semanas.

Xiaoxi no tomaría residencia, vivía a unos minutos de Mingde y no veía caso de por qué gastar tanto dinero en ella. Aunque sinceramente aún le ilusionaba la idea de que Jiang Chen sí la hiciera. Tal vez ya no serían vecinos, pero la residencia de hombres quedaba a diez minutos de Mingde y a quince de su casa.

Pero en lo que eso ocurría, debía continuar con su trabajo. Le quedaban ya pocas promociones que repartir así que continúo caminando hasta chocar con alguien.

–¡Perdón! ¡Perdón! –se disculpó ciegamente.

–Mira que ternura, un dinosaurio rosa –al escuchar la voz, Xiaoxi se quedó helada –A-Si ¿No te parece tierno?

–Como sea –respondió su acompañante.

¡No puede ser! ¡No puede ser! Xiaoxi estaba muy nerviosa. Se había quedado inmóvil ahí, esperando que los chicos se marcharan y no decidieran investigar quién estaba bajo el disfraz rosado.
Si de algo estaba segura, era que no sabían que era ella, pues Doaming Si no hubiera demorado en molestarla, mas sin encambio, su voz de indiferencia la tranquilizaba un poco.

–¡Mira la promoción de hoy! Té helado con mocca al dos por uno. Oh, mira éste: Té de limón con leche a 5¥ el vaso chico –Xi Men hizo una pequeña pausa y Xiaoxi, desde su escondite, observó cómo giraba el volante para ver la promoción del reverso –Pastel de queso 15¥ la rebanada. Se me antojó probar uno. Vamos A-Si, te invito.

Los chicos se alejaron y al fin Xiaoxi pudo soltar el aire contenido.
¡Menos mal que lo la reconoció!

Caminó ahora más desanimada y casi sin saber por dónde iba. No quería quitarse la máscara, quizás Doaming Si andaba cerca. Y por supuesto, no iría a la tienda, dónde probablemente estaba.

Se detuvo de nuevo en otro punto concurrente y estiró sus manos hacia el frente, entregando folletos.

Después del encuentro con los F4, un par de chicas se acercaron a ella y le pidieron tomarse una foto.

–Está bien, pero deberán llevarse un volante cada una.

–Claro. Sí –pidieron a otra persona que les tomara la fotografía, pero en lo que posaban se pusieron a platicar, como si Xiaoxi fuera un maniquí.

–¿Viste al último chico que nos preguntó si conocíamos la plaza XiYi? ¡Estaba guapísimo!

–Deja tú lo guapo, es el mismo chico que estaba formada frente a mí el día del registro escolar.

–¿Es él?

–¡Sí! ¡Jiang Chen se llama! Me pregunto si tendrá novia...

–Aquí tienen –la chica que les había tomado la foto devolvió el teléfono a la dueña y minutos después, se fueron.

¡Así que Jiang Chen ya estaba en Shanghái!

¿Por qué no le avisó? ¿Desde cuándo había llegado? Las inscripciones habían sido el jueves y viernes. Hace casi tres días, ¿Por qué no la buscó?

Xiaoxi se sintió dolida. Sabía que ella y Jiang Chen no eran nada y que la última vez que hablaron Xiaoxi terminó por mandarlo al diablo, pero no era para tanto.

Con la cabeza baja, terminó de repartir los últimos volantes del día. Ya quería terminar para después marcharse y llorar agusto en su cama pensando en qué estaría haciendo Jing Chen, o más bien, dónde estaría.

Así, cabizbaja, pronto sintió que alguien llegaba y tomaba la cabeza del dinosaurio, después, se acercó y con voz grave habló:

–Tan tierno –el corazón de Xiaoxi se aceleró muchísimo ¡No lo podía creer!   Aquel cuerpo frente a ella la envolvió en sus brazos. Fue algo difícil, pues el ancho del disfraz era mucho –Al fin eres alta.

Jiang Chen tomó la cabeza del dinosaurio, la apartó de Xiaoxi y sin dudarlo, acercó su rostro para depositar un suave beso en los labios de la niña.

Amor de Meteoritos [Pausada]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang