27. Atrapados

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–¿¡Qué pasó!? –preguntó alarmada Xiaoxi.

–¡Ey! –trató Doaming Si de abrir la puerta del ascensor, sin éxito.

No habían pasado ni cinco segundos desde que el ascensor comenzó a subir, cuando de pronto sintieron cómo el elevador fallaba. Dejándolos atrapados.

–¿Por qué no pides ayuda?

–Mi móvil se quedó sin batería, ¿Y el tuyo?

Xiaoxi se esculcó los bolsillos del pantalón y también de la chamarra. Entonces recordó que no lo llevaba con ella. En realidad, no lo sacó de su mochila porque sabía que A-Si estaría llamándola toda la tarde.

–Yo no... No lo traigo.

–¡Genial! –gritó enfadado tratando de golpear las puertas para hacer ruido y que alguien los rescatara –nada de esto pasaría si me hubieras llevado a un restaurante bueno.

–¡No! Nada hubiera pasado si no hubieras insistido en subir por el elevador.

Doaming Si resopló una vez más y se recargó sobre la pared metálica. Aún estaba empapado y sentía como su energía se agotaba poco a poco.

💫🌸💫🌸💫

Habían pasado más de cuatro horas desde que su hija había salido de casa.

¿¡Dónde estará!? Se preguntaba la Sra. Chen dando vueltas de un lado al otro por toda la casa.

De repente se escuchó la puerta del departamento abrirse. Corrió rápidamente a ver quién había entrado. Era su esposo.

–¿¡Viste a Xiaoxi en el camino!?

–¿Xiaoxi? ¡No! ¿Qué pasó?

Su esposa le explicó que a la hora del almuerzo había salido corriendo de la casa y hasta la hora no había el teléfono ni atendía el teléfono.

–¿Ya llamaste a Jiang Chen?

–¡No! No quiero molestarlo, ya casi es el toque de queda en la residencia y qué tal si Xiaoxi entra en cualquier momento.

Faltaban pocos minutos para las nueve y mientras daba la hora, esparon a qué la menor entrara por la puerta y nada.

–¡Tengo que llamar a Gu Wei! ¡No puedo más!

Tomó el teléfono y enseguida llamó a su sobrino, quien no dejó pasar más de dos timbres antes de entender la llamada.

La Sra. Chen fue directo al grano y le explicó lo que sucedía. Gu Wei no dejó que su tía terminara de contar la historia y salió corriendo antes de perder el último autobús.

–¡Tíos! Lamento la demora, ¿Saben algo? –dijo llegando una hora después.

–¡Nada! Aún no sabemos nada.

–¿Jiang Chen? ¿Liao Danyi? ¿Ye Muxi? ¿No han hablado con ellos?

–Liao Danyi acaba de irse hace unos minutos, no sabe nada de Xiaoxi y fue a buscar a Ye Muxi para ver si ella tiene noticias. A Jiang Chen no lo hemos llamado, está en la residencia y ya es toque de queda...

–Yo lo hago –Gu Wei llamó por teléfono a Jiang Chen para pedirle los informes más detallados que pudiera tener de Xiaoxi y el menor le contó lo que poco que sabía.

–Tenía una cita con Doaming Si.

💫🌸💫🌸💫

[Mientras tanto en el elevador descompuestos]

Doaming Si estaba sufriendo de fiebre alta. A penas y se podía sostener. Sus piernas casa vez eran más débiles y sólo le dieron permiso para llegar cerca de Xiaoxi, y segundos después, se derrumbó.

Llevaban muchísimas horas atrapados, sin comunicación ni nada. Seguramente los padres de A-Si estaban igual de preocupados que los de Xiaoxi.

¿Y sí no se le quita la fiebre? Se preguntó a sí misma Xiaoxi. Doaming Si necesitaba de un doctor. Estaba temblando.

Se quitó la chamarra y cubrió el cuerpo de A-Si con ella, o bueno, lo que pudo. Su ropa seguía mojada y sólo logró calmar un poco los temblores.

Con calma, A-Si fue recuperando su temperatura normal. Ambos quedaron se quedaron profundamente dormidos.

Pasaron la noche encerrados aún con la esperanza de ser rescatado a primeras horas de la mañana.

El primero en despertar fue A-Si, quién notó enseguida que las manos de Xiaoxi lo abrazaban por encima de la chamarra rosa.

Desde su posición, pudo mirar aquel lunar bajo el labio que pintaba en su rostro, el flequillo y uno que otro mechón escurridizo que hacían frente a su cara. Acarició uno de ellos y lo apartó de su rostro, para tener una vista más detallada de sus ojos cerrados.

Xiaoxi al sentir el tacto del mayor se despertó. No estaba furiosa ni nada. Se alegró incluso de verlo mejor.

Platicaron después de que se había sucedido luego del desmayo de A-Si y tuvieron una pequeña discusión sobre quién era el culpable de haberse quedado encerrados ahí.

–Está bien. Acepto mi error. Dime qué debo hacer para recompensar la cita.

Sin pensarlo dos veces, Doaming Si se levantó hasta quedar a la misma altura de Xiaoxi y poco a poco fue acercando su rostro al de ella.

Habían pocos centímetros de distancia entre ambos ¡Incluso casi se rozaban las narices!

Pero justo cuando Xiaoxi estuvo a punto de tener su cuarto beso, las puertas del elevador de abrieron, dejando que la luz del exterior se filtrara y la dejase cegada por unos segundos.
Cuando al fin pudo reaccionar, se levantó de golpe y salió huyendo de la escena.

Amor de Meteoritos [Pausada]Where stories live. Discover now