Amor de Meteoritos [Pausada]

35. Canadá (Pt. 3)

A la mañana siguiente.

Una pareja de guardias forestales daban un recorrido por la zona para inspeccionar si había ocurrido algún incidente durante la tormenta.

De una cabaña vieja, vieron que salían las últimas brasas de humo. Se percataron que eso no era normal. Aquella cabaña estaba abandonada desde hacía más de medio año.

Caminaron hacia ella, con precaución y su sorpresa fue ver que ahí, una pareja de novios dormía semi desnudos.

—Ey, what are you doing?

Las voces nuevas lograron despertar a Xiaoxi y A-Si, quienes pronto se dieron cuenta del estado en el que estaban.

Amablemente enfurecido, A-Si le pidió a los guardias que los dejaran a solas mientras se ponían sus ropas.

A pesar de ser una escena muy vergonosa, Xiaoxi se sentía aliviada. Doaming Si la había rescatado en medio de la tormenta.

—Deja de hacer cosas que me preocupen... ¿Sabías qué... Me tenías muerto de preocupación anoche?

—Te lo prometo.

Doaming Si sonrió ante la respuesta de la menor. Quiso creer en ella.

Un rato después, A-Si llevó a Xiaoxi en sus espaldas. El esguince de la mejor aún era un poco grave y no podía arriesgar que caminara sola y se tropezara en el camino.

La caminata de regreso fue larga. Ninguno de los dos había notado que se alejaron casi dos kilómetros lejos de la casa de A-Si, aún así, lograron llegar justo antes de que sus amigos salieran a buscarlos.

—Xiaoxi... ¿Estás bien? ¿Te pasó algo? —preguntó preocupada Ye Muxi.

—Estoy bien. Sólo fue un pequeño esguince, pero se me pasará.

Los chicos enseguida sirvieron vino y café para los recién llegados. Toda la preocupación de la noche anterior había quedado en el olvido y ahora sólo se preocupaban de hacer sentir cómodos a sus amigos.

Hicieron algunas sobras sobre cómo se habían salvado y qué era lo que hicieron la noche anterior, pero todo quedó en eso, en simples comentarios.

Ni A-Si ni Xiaoxi se atreverían a decir la verdad.

—Bien. Ya estamos bien, pero aún hay un tema que arreglar —A-Si se puso de pie con el semblante serio, incluso le dio miedo a sus amigos lo que iba a pasar a continuación —¿Quién fue la persona que envío a Xiaoxi a buscar a su amiga al exterior aún sabiendo que había una tormenta?

A esas alturas del día, todos dentro de la cabaña sabían que la pareja de Xi Men era la responsable de que Dos saliera la noche anterior. Había sido tal el daño, que Xi Men no le dirigía ya la palabra y había cambiado de habitación para evitar verla.

—Doaming Si, fue un error. Te juro que creí que Ye Muxi había salido y...

Antes de continuar, A-Si la tomó de los brazos y la empezó a llevar a la puerta de salida.

Xiaoxi sabía que los actos de aquella chica habían sido con alguna intención y no le agradaba, pero menos le agradaba tener que enviarla al exterior dónde el frío seguía siendo amenazante.

—Doaming Si... No hay por qué sacarla. Sólo... Sólo ha sido un accidente y yo... Nosotros estamos bien, no pasó nada grave, sólo deja que se quede y que... Haga todo el quehacer de la casa.

A-Si volteó a ver a Xiaoxi sorprendido. En verdad, esa chica era especial.

—Bien... Pero lo tendrá que hacer dos veces al día.