XXI

1.8K 107 46
                                    

Chapter twenty-one

Montecarlo, Principado de Mónaco

Deze afbeelding leeft onze inhoudsrichtlijnen niet na. Verwijder de afbeelding of upload een andere om verder te gaan met publiceren.


Montecarlo, Principado de Mónaco.

Tenía muchísimo sueño, pero no iba a dejar a Lando viendo Star Wars solo, además disfrutaba de ver a Daisy Ridley en la gran pantalla. Había partes de la película que no recordaba y muchas que no entendía, es decir, sumándole al sueño que tenía el hecho de que nunca había visto una película de la franquicia completa, estaba complicada.

- Maggs. - Sentí un sacudón en mí hombro. - Linda.

Pestañe un par de veces para poder enfocar la carita del británico. - Te juro que estaba descansando la vista.

Un pequeño ruidito salió de su boca en forma de afirmación. - Si, te dormiste desde que Poe ataca el Dreadnought.

- Perdón, ¿Poe? ¿Y qué es el Dreamnought?

La sonrisa que había en su cara fue remplazada por una mueca.

- Dreadnought. - Volteo a ver la pantalla, dónde aparecían los créditos finales. -Seguiré viendo este tipo de cosas con Alex y George.

Un pequeño suspiro abandono mí garganta, ahora me sentía culpable. - Lando - Alargue la última vocal. - Lo siento.

Dejó un beso sobre mí cabeza. - Está bien no te preocupes, además estamos a mano.

Recordé cuando intentamos ver Grey's anatomy juntos y él se quedó dormido. ¡En la escena del tiroteo!

- Podríamos ver series históricas ficcionales juntos. Como Marvel o Dc o series como Vikings o alguna así. - Me recosté en la cama nuevamente. - No lo sé Lando, es muy tarde y mi cerebro no funciona a estas horas.

Nuestras risas retumbaron por la habitación, hasta que unos golpes en la pared nos hicieron cesarlas. La voz de Max sonó más enojada que nunca.

- Cierren la boca, por amor a Lewis.

Apreté mis labios para que la risa no se me escapara nuevamente, el holandés era capaz de echarnos de su casa si no lo dejábamos dormir. Mire al inglés a mi lado, que estaba en las mismas condiciones que yo, y comenzamos a reírnos nuevamente, esta vez sin hacer tanto escándalo.

- Creo que deberíamos dormir, mañana va a ser un día algo largo y nos conviene estar descansados. – Nos acomodamos mejor en la cama que ambos compartíamos, porque Max tacaño y perezoso no quería arreglar otra habitación de invitados, y a nosotros no nos molestaba dormir juntitos. – Estoy emocionada por mañana.

Lando giro su cuerpo quedando su cabeza en mi pecho, donde podía acariciar su cabello. Hermoso y sedoso, cabe destacar.

- ¿Por qué? He escuchado tu discurso como mil veces es perfecto. – Levantó la mirada, dejándome así ver sus ojos azules grisáceos. – Además, más de la mitad de las personas allí te conocen, saben cómo eres y porque estás haciendo todo esto.

Mini Schumi - Formula OneWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu