[ Prólogo ]

6.1K 381 121
                                    

Escucho el chirrido que hace la rueda cuando freno abruptamente. El olor a neumático quemado inunda mi olfato. Habrá gente que odie dicho aroma, pero yo llevo tanto tiempo rodeada de él que me resulta familiar. Me quito mi casco blanco, a la misma vez que retiro el pañuelo de mi rostro. Antes de ser capaz de bajarme de mi moto oigo cómo se acerca otra, aparcando justo a mi lado. Una risa femenina resuena por encima de los vítores y los gritos de la gente que rodea la carretera. Observo fascinada cómo varios llevan un pañuelo amarillo o blanco atado en sus muñecas.

Siento un golpe sordo contra mi moto. Desvío la vista del jubiloso público para centrarla en la chica de cabello rojizo cómo la sangre y mirada azulada. Sus ojos azules oscuros brillan con diversión. Aparece una pequeña sonrisa ladeada en su rostro. Acorta la distancia entre las dos y me abraza, pillándome desprevenida.

—¡¿Me dejarás ganar alguna vez, cabrona?! —pregunta a gritos, eufórica.

Sonrío antes de negar divertida con la cabeza.

—Es un talento natural.

—Idiota.

—Perdedora.

—Se te ha subido la victoria muy rápido, ¿no? —cuestiona retóricamente.

Pongo los ojos en blanco en respuesta. Marine vuelve a romper a reír, achicando sus ojos. Engancho el casco blanco en mi brazo. Marine me imita con su casco amarillo. Me pongo de puntillas, paseando mi mirada por todo el lugar en busca de alguien. Entonces la aguda y destartalada bocina de un coche demasiado familiar capta mi atención. En un lado de la carretera, haciendo de barrera hay un coche de color amarillo chillón. Él sale de este. A pesar de la lejanía, reconozco la sonrisa que se dibuja en su rostro. Miro una última vez a Marine. Esta vez es ella quien pone los ojos en blanco.

—Corre a por tu enamorado. Menudo par de empalagosos —se queja en voz alta.

La sonrisa de Liam en lugar de desaparecer se ensancha al escucharla. Comienzo a acortar la distancia entre ambos hasta que solo nos separa escasos centímetros. Su aliento a tabaco mezclado con la menta de un chicle inunda mi olfato. Antes de ser capaz de saber que está ocurriendo siento sus tibios labios contra los míos. Una de sus manos se coloca en mi nuca, acortando aún más la distancia entre ambos. Rodeo con el brazo libre sus hombros, colando una de mis manos por el cuello de su camiseta. Liam abraza mi cintura con su brazo. Su boca y la mía se mueven con ferocidad, cómo si llevásemos mucho tiempo sin besarnos cuándo es todo lo contrario. Podría ser por la adrenalina que todavía circula por mis venas, o gracias a la satisfacción de ganar y sentir que lo tengo todo en estos momentos.

Cuando a ambos se nos complica la tarea de respirar, nos separamos. Sus ojos castaños están dilatados y su pecho sube y baja con irregularidad. Sin embargo, sonríe con suficiencia al detallar mi rostro. Retira uno de mis mechones rizados de mi rostro y lo coloca detrás de mi oreja. Abre la boca para decir algo, pero es interrumpido por un tercero.

—Buen trabajo, Opuesta —me felicita Carlos. Forma su mano en un puño y lo alza. Me estiro un poco para poder alcanzar su altura y lo choco, riendo.

Me guiña un ojo, orgulloso. Sé que lo está. No es necesario decir demasiado para saberlo. Desde que empecé hace unos meses en todo esto, Carlos ha sido quién ha estado ahí para mí. Ha sido como un hermano mayor. Cuando no me convenía ciertos acuerdos o carreras él ha sido el primero en advertirme y siempre me he fiado de su criterio.

—¿Vamos a por el premio gordo o qué? —pregunta Marine a gritos, rodeándome los hombros.

Carlos nos mira a ambas con desaprobación por el entusiasmo. Según él siempre debíamos mostrarnos desinteresadas y aburridas con nuestro alrededor. Pero no somos capaces, por mucho que él hiciese hincapié en que deberíamos. Me retiro el casco y se lo doy a Liam. Marine me imita. Le doy un beso casto antes de comenzar a andar en dirección a una de las naves del polígono.

Marine intenta contener la euforia que la recorre, pero no lo consigue demasiado bien. Oigo pasos más pesados detrás de nosotras. Miro por encima de mi hombro encontrándome con la mirada oscura de Carlos. Hago un escrutinio a lo largo de su cuerpo en busca de algún bulto en los laterales de su pantalón. Carlos me chista al ver mi intención. Hace un gesto con la cabeza diciendo «Confía en mí». Suspiro y asiento. Alcanzo a Marine. Acabamos las dos frente a una puerta de metal oxidada. En el otro lado estará el premio a la victoria. Al otro lado está la razón por la que me metí en todo este mundo. Es el porqué de mis carreras y las ansías por ganar.

La puerta hace un crujido un tanto tenebroso al ser abierta. Mi mejor amiga y yo intercambiamos una mirada con la duda reflejada en nuestros ojos. No obstante, damos un paso al frente, adentrándonos al lugar.

Sin ser conscientes de lo que ocurriría a continuación...

Ninguna de las dos sabíamos el intercambio de disparos que habría. Mucho menos que en vez de salir ambas del lugar, solo lo haría una.

Publicado el 26/01/2021

Publicado el 26/01/2021

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Opuestos PositivosWhere stories live. Discover now