Opuestos Positivos

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Capítulo dedicado a Rodri_M por recordarme lo de los capítulos porque a mí se me había olvidado 🥺❤️

AGATHA

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No son más de la seis de la mañana. Sin embargo, no soy capaz de volver a conciliar el sueño. Ahora mismo el nerviosismo que tengo circulando alrededor de todo mi cuerpo tiene más poder que el cansancio.

Me retiro la colcha morada que me protegía de la brisa mañanera. Me acerco a la ventana para subir la persiana. Aprovecho para contemplar la puesta de sol que se está llevando a cabo. Es lo único bueno que le encuentro al apartamento al que nos mudamos hace dos años. Según mi padre, todavía no estaba preparado para que yo dejase el nido. También ambos sabíamos perfectamente que aquel cambio iba a ser muy drástico para Joan. Aunque va a ser temporalmente, porque sigo teniendo intención de independizarme.

Abro la ventana. La brisa roza mi rostro, revolviendo de forma sutil mi rizado pelo. No dejo de admirar el paisaje a mi alrededor. Aunque aquí en Summerville, no deja de ser todo edificaciones de lujo, adosados y mansiones. Sin ningún atisbo de arboleda si no tenemos en cuenta los escandalosos y exagerados jardines de los ricachones; no hay nada. A pesar del tiempo que llevaba viviendo aquí, seguí sin acostumbrarme del todo. Echaba de menos Downtown, a pesar de las malas experiencias.

Agradezco estar en una cuarta planta porque, aunque estemos rodeados de edificaciones y nada de vegetación, a la lejanía se puede observar el inmenso y azulado mar que se abre paso. El aire en nuestra zona suele estar cargado de gasolina y comida en su mayoría, toda mi calle está formada por restaurantes en las plantas bajas. Otro punto a favor.

Me dirijo al armario. Decido vestirme con unos pantalones vaqueros y un jersey negro, junto a mis botines. El pelo me lo dejo al aire. Ya no tenga sueño, la pereza sigue latente en mí. Ordeno algo por encima el cuarto, cojo mi mochila y me marcho a la cocina. Sorprendentemente, está mi padre en ella, cocinando algo que huele delicioso y me hace la boca agua.

-¡Buenos días, caramelito! -saluda con su alegría habitual. Ni siquiera necesita levantar la vista de los fogones para saber que estoy.

-¿Huevo y Bacon? - pregunta de forma retórica.

No hace falta que diga nada en ya que se encarga mi estomago de rugir en respuesta.

Se ríe por mi reacción y yo con él. Me siento en uno de los taburetes que rodean la redonda isla de la cocina, mientras mi padre termina el desayuno. Saco mi teléfono y reviso mis redes sociales y los mensajes, por si hay algo nuevo. Solo tengo un mensaje de Jairo.

JAIRO:

Dormilona, ¿a qué hora voy a por ti?

Suspiro de forma resignada a su comentario. No deja de llamarme así desde que un día en clase de matemáticas me quedé casi inconsciente del sueño.

AGATHA:

En media hora me viene bien.

JAIRO:

Anda, pero si se ha despertado temprano.: p

Al leer su mensaje pongo los ojos en blanco, aunque él no pueda ver mi reacción. Mi padre coloca el plato con una ración de huevo y bacon muy generosa y dejo de prestar atención al teléfono. Comienzo a engullir el desayuno que huele bien, y sabe de maravilla.

-Está buenísimo -le felicito, mientras continúo comiéndome el plato.

Después de terminarlo, lo dejo en el fregadero y me sirvo una taza del café preparado que hay en la cafetera. Puede ser que vivir así no esté tan mal.