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Capítulo dedicado a lexa_2714, aquí tienes tu querida actualización 😏🔥

AGATHA

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El silencio se instala entre nosotras.

Sé que Joan no está en el apartamento porque se ha quedado este puente en casa de mis abuelos y mi padre tiene turno de noche.

Por ese lado estoy más tranquila, lo último que me faltaba es que todo esta mierda en la que me he metido, salpicase a mi familia también. Sería el colmo.

Porque es por ellos por lo que lo estoy haciendo, no tendría sentido si igualmente acabasen afectados.

El humo del cigarrillo me da de golpe en el rostro. Toso y parpadeo un par de veces mientras muevo las manos, retirando la nube que me impide ver más allá de mis narices. La melena rubia y la mirada azulada que está clavada sobre mí es lo primero que me encuentro de frente al igual los labios rojizos que se curvan en una sonrisa divertida.

—Estabas distraída. No te molestes, eh.

—No, si da igual.

—Mejor, ¿me invitas? —pregunta, señalando el interior del bloque de edificios.

Antes de contestarle nada, observo mi alrededor.

Vuelvo a tener esa sensación de que tengo la mirada de alguien pegada en la nuca y logra erizar mi piel por completo de puro terror. Me recoloco la mochila. Vuelvo a mirar por encima de mi hombro antes de sacar las llaves de mi bolsillo para abrir la puerta.

La aguanto, dejando pasar a Melania. Se cierra de manera automática cuando después de que paso yo por ella, no la sostengo más.

Caminamos por las escaleras con una calma que estoy lejos de estar experimentando.

Aunque tengo la vista al frente puedo notar como Melania me observa por el rabillo del ojo. No sé por qué está aquí, pero de todos los corredores de las carreras de Downtown, la parejita son los que mejores me caen.

Tom fue una especie de mentor y siempre estuvo allí para ayudarme. Melania, por otro lado, me trataba como a una hermana. Incluso compartíamos nuestros sueños y nuestros miedos. Marine y Melania hicieron buenas migas y me animaban en las carreras que hacía contra otros bandos.

Pero tras la muerte de la primera, me distancié de todo.

Incluyendo los amigos que había hecho, olvidando los buenos momentos y enterrando los recuerdos junto al cuerpo de mi mejor amiga.

Un nudo se instala en mi estómago al pensar en ello. En su cuerpo inerte con aquel agujero en su piel del que borbotaba sangre. De su boca que había adquirido un toque carmesí de la hilera de sangre que le recorría el rostro. Sus espasmos involuntarios y las veces que se retorcía del dolor. Y su mirada.

La jodida mirada de terror que me devolvió aquel día, sabiendo ambas que no íbamos a salir de esas cuatro paredes de metal a salvo, o por lo menos, no las dos juntas.

—¿Estás bien?

Me frena Melania en medio de las escaleras. Yo sigo con la mirada pérdida, rememorando una y otra vez ese momento, el miedo y la tristeza como si fuese un disco rayado que reproduce la misma melodía.

—Estás muy pálida. ¿Quieres sentarte?

Asiento. Me rodea con el brazo, ayudándome a sentarme al pie de las escaleras de la planta número tres. Tiemblo de pies a cabeza y me pican los ojos por las ganas que tengo de llorar.

Opuestos PositivosWhere stories live. Discover now