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Capítulo dedicado a @alejandramm03, por recordarme que tengo que actualizar. Podré echarte a ti la culpa, porque sin actualización no hay sufrimiento jeje 😜

ETHAM
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No sé en qué estaba pensando cuando la invité a cenar conmigo y con mi hermana.

«¿Qué mosca me había picado?», me pregunto a mí mismo.

No obstante, era tarde para arrepentimientos.

Aparco el coche, dejando la rueda trasera encima de la acera. Tamborileo el volante con los dedos en espera a que Agatha baje.

Tengo la mirada perdida en la carretera.

No dejo de darle vueltas a la cena.

¿Qué pasaría si no le cae bien Ginger?

O, lo que es peor, ¿y si a mi hermana pequeña le cae mal ella?

Sería todo un completo desastre.

Unos suaves toquecitos en la ventana cortan el hilo de mis pensamientos. Enfoco la vista en la dirección del ruido encontrándome a Agatha haciendo un gesto con la mano, sonriendo a pesar de que ahora mismo está viéndolo todo negro debido a los cristales tintados.

Ni me molesto en intentar reprimir la sonrisa que surca mi rostro. Desbloqueo la puerta y la abro.

—Estás muy guapa —digo en cuanto entra.

«En realidad siempre lo está».

Oh, no.

No acabo de pensar eso.

«Sí, si lo hecho».

Estoy tan ensimismado en lo que acaba de cruzar mi mente que ni escucho a Agatha dándome las gracias.

—¿Qué?

—Estaba diciendo que tú tampoco estás mal —comenta, sonriendo.

A pesar de su tez oscura, soy capaz de entrever el rubor en sus mejillas. Sonrío, divertido. Arranco el coche y salgo de su avenida con dirección al centro de la capital donde se encuentra mi apartamento.

No sé por qué estoy nervioso con que ella vaya, si no es la primera vez.

No obstante, hoy es de manera distinta.

Es como dar «un paso más» en nuestra relación.

Hacerla más real.

El silencio se instala entre nosotros con tanta naturalidad que no me veo en la obligación de romperlo. Simplemente dejo que llene nuestro alrededor. Lo único que lo interrumpe es el golpeteo de Agatha con su pie contra la alfombrilla del coche.

Aparco en el descampado que hay delante del complejo de apartamento en el que vivo. Bajo de este y lo rodeo por delante para abrirle la puerta Agatha. Me observa sorprendida por el gesto. Le guiño un ojo. Ella, en lugar de sonrojarse o sonreírme como haría cualquier otra persona, maldice en voz suficientemente alta para que la escuche.

No puedo evitar soltar una carcajada y en consecuencia recibo un golpe en el estómago por su parte.

—¿No me puedo reír o qué?

—Reír sí, pero no de mí —masculla, malhumorada.

—Entonces perdería la gracia.

Agatha me enseña el dedo corazón. Se gira sobre sus propios talones y comienza a caminar lejos de mí. Cierro el coche a toda velocidad para poder alcanzarla. Me posiciono por delante de ella y tomándola por sorpresa, la agarro de la cintura. Antes de que se pueda oponer, mi boca atrapa la suya. Ahoga un jadeo, cuando comienzo a mover los labios contra los suyos con intensidad. Apoya las manos sobre mis hombros mientras que yo me deleito acariciando sus curvas por encima de la ropa.

Opuestos PositivosWhere stories live. Discover now