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Dedicado a csoridal por recordarme que tenía que actualizar xd.

ETHAM

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El intercambio de balas no tarda en llenar el silencio en el que se había sumido la estancia. Vienen de dos lugares. A desgracia nuestra parece que nos encontramos, sino en el centro, casi. Observo como la chica del pañuelo junto al exnovio de Agatha se quedan quietos en la puerta. Puedo notar el miedo que emana la chica. Su cuerpo está ligeramente encorvado y tiene un leve temblor, que a pesar de que intenta disimularlo, no lo consigue demasiado bien.

Sin embargo, el chico se gira mientras habla por teléfono y nos muestra en forma de aviso que tiene no una, sino dos armas. Los hombres trajeados no dudan en apuntarle. Pero Philip les hace una seña con la mano para que se queden quietos en el lugar donde están. Tanto Philip como yo tenemos experiencia en este tipo de reuniones. Aunque solo sea un chico armado, la gente de aquellos suburbios es capaz de llevar una masacre por sí solos. No voy a arriesgarme y mi amigo tampoco.

La chica también se gira y se quita el pañuelo, para retirarse algunas lágrimas que se han escapados de sus ojos café. Entonces la reconozco al completo. Sus ojos redondos y marrones, su nariz pequeña y respingona, sus labios carnosos de un tono más oscuro. Nuestras miradas se encuentran. Solo con eso. Una mirada y es capaz de despertar sensaciones de las que no era consciente de tener.

Su exnovio vuelve a acercarse a ella y le susurra algo. Ella asiente varias veces, y su ceño se frunce. Sus ojos castaños se encuentran con los míos, y vuelve a instalar algo pesado en mi estómago. Me siento mal conmigo mismo. Ella está en esta situación porque era demasiado curioso y muy testarudo. Si no hubiese hecho la gilipollez que hice, no estaríamos aquí, pero ya era tarde para arrepentirme.

Veo como tiene intención de marcharse de nuevo. Ella más que él. Aunque el chico tatuado la frena y le dice algo siseando mientras aprieta más su agarre en el brazo. Ella se aparta bruscamente de él. Todo lo discuten en susurros, cosa que me inquieta enormemente.

Agatha se aleja de él, y abre la puerta para marcharse por su cuenta. El chico de melena castaña no impide su marcha, entonces soy yo el que decido no dejarla marchar. Que no muera.

Me levanto rápidamente de mi silla. La arrastro consiguiendo un molesto chirrido del metal contra el suelo de hormigón. Tanto Philip como Derek me miran raro, pero ahora mismo es lo que menos me importa. En cinco grandes zancadas soy capaz de llegar a su altura, rodeo su cintura y la obligo a entrar de nuevo mientras que ella no deja de patalear para zafarse de mi agarre.

—¡Suéltame, Sander! —vocifera mientras me da un puntapié y yo aflojo mi agarre.

Logra escaparse de mí, se gira sobre sí misma y sus ojos castaños que siempre se muestran gélidos e imperturbables, están incendiados por el enfado. Intento acercarme a ella. Agatha no se mueve y yo sigo acercándome a ella hasta que tengo que bajar un poco la cabeza para mirarla a los ojos y ella elevarla.

—Ven conmigo, por favor —pido sin disimular la preocupación en mi voz.

Al oírme, entrecierra sus ojos en mi dirección mirándome con incredulidad.

—¿Por qué crees que iría contigo? —suelta de forma ácida.

Me acerco a ella, vacilante. No se ha inmutado por mi acercamiento, aunque puedo entrever el rubor en su tostada tez. Bajo la cabeza incluso más que antes. Logrando de esa manera que nuestra conversación sea más privada a pesar de las circunstancias.

Opuestos PositivosWhere stories live. Discover now