PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

Castlevania: Alucard | ¿Es normal no encontrarnos bien?

Canción-OST: "Ciudad Quieta" de Cielos de Plomo.

Tiempo estándar de lectura: 00:08:21

Palabras: 1753.

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Él estará bien, siempre lo está. Él estará bien, siempre lo está. Él estará bien, siempre lo está.

Pensabas que así había sido siempre, y que siempre se iba a mantener así. Pero si algo te habías impuesto al dilucidar entre tu preocupación y tu lealtad era que podías detectar cuando él, aquel hombre de tus suspiros y tan diferente de ti por milésimas y obvias razones, estaba mal.

Fue en la batalla final con Drácula cuando lo viste temblar al pie de las escaleras. Su rostro impecable estaba inmóvil como una piedra, pero sus manos temblaban. Y era obvio que la sensación era generalizada con los innombrables pensamientos y dolencias que atravesaban su mente.

Ahora volvían a estar los dos juntos, supuestamente, mirándose con sorpresa. Lo miraste. Pensaste su nombre como si lo dijeras en voz alta, Alucard, justo cuando quitaste tu mirada contra la suya antes de que posara su mano encima de tu hombro.

Era un hombre alto, bastante alto; de piel blanca y extremadamente pálida dada su peculiar condición de ser un vampiro contra tu piel (t/c) como un inefable mortal; de cabellos claros y una mirada fría pero tersa ante ti.

Alucard se quedó quieto y no dijiste nada. Tu corazón sintió algo diferente, mucho más fuerte que un escalofrío. Esta vez no hubo palabras. Interpretaste su intranquila sonrisa como un agradecimiento melancólico, pensativo.

Pero también peligroso.

—Él estará bien —dijiste en un susurro.

—Él estará bien —añadió Sypha, en un intento de auxiliarte ante tu preocupación.

La bruja vampiresa también estaba desconcertada ante lo ocurrido pero intuyó algo extraño de tus pensamientos.

—No hay mucho que puedas hacer —añadió Trevor.

—Alucard estará bien —dijeron los demás.

Y recordabas esa frase justamente cuando pensabas que caminaría en los pasillos alumbrados de su castillo justo cuando los Belmont decidieran partir. Pero, ¿Ahora? Sentiste tu corazón contraerse al sentirte solo por las perspectivas. Nadie te había pedido que los acompañaras a sus destinos. Nadie te había preguntado qué querías hacer.

¿Y Alucard? La otra opción que tenías, ¿Qué iba a hacer contigo?

No eras del todo bueno con la ciencia o la magia, ni hablar de explorador o de cazador de vampiros. Eras un humano convencional que tuvo la suerte de cruzarse en sus tiempos oscuros. Te preguntabas si realmente había un lugar para ti en el mundo, después de que abandonaras esta tumba de vampiros. Solo habías encontrado un propósito, una dirección, cuando te encontrabas con el grupo de tres cazadores de vampiros.

Pero solo pensabas en Alucard, porque por alguna extraña razón comenzaste a sentir algo diferente, algo que no veías ni con Sypha ni con los Belmont, ni con nadie más. Creías que él te necesitaría... Eso solo lo siente uno en el corazón...

Regresaste por las puertas del castillo y te sentiste solitario, a pesar aun de su presencia.

—¡¿Alucard?! —Preguntaste al aire.

Caminaste con cuidado a través del castillo, tan silenciosamente como pudo. Solo querías hacer presencia con tu voz.

Tu propia voz rebotó en las paredes y regresó a ti haciéndote estremecer. Por fin pudiste observarlo continuar su viaje por la escalera, con su lujosa capa arrastrándose ante ti y tus ropajes comunes.