PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

Kill la Kill: Uzu Sanageyama | Ardor y efervescencia

[N/A (Nota publicada originalmente en Marzo 2020): ¡PRIMER FIC CON CANCIÓN CLÁSICA AUTORIZADA EN EL SEGUNDO VOLUMEN! ¡Y DE UN HUSBANDO FANTÁSTICO! WUUUUHUUU. Bueno, aunque en lo personal también quería profanar al profe exhibicionista].

Canción-OST: "Sin Aliento (Versión 1984)" de Danza Invisible (Una de esas canciones ochenteras que son muy buenas, pero pasan desapercibidas).

Tiempo estándar de lectura: 00:06:24

Palabras: 1356.

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Fue precisamente él quién te obligo, pero también accedió a darte clemencia, ante tu problema.

No recuerdas ni como llegaste a Honnoji ni por qué, y no era porque tuvieras un motivo peculiar como la famosa Ryuko Matoi, quién era conocida tuya. No. Eras alguien más, alguien más que no esperaba destacar.

Un intento de estudiante modelo, alguien del otro lado del océano perdido en la distopía, que no sabía cómo había llegado pero quería triunfar usando solo la mente. Pero eso no siempre se puede, y menos en un mundo traicionero como la Academia Honnoji. Y el poderoso pero temible grupo de las elites no iba a dejar excepciones por nadie.

Excepto él, Uzu Sanageyama, pero, esta vez, por alguien tan insensato como tú. ¿Por qué lo haría? No lo miras a la cara, pero sabes que él te mira.

Piensas que quizá Uzu buscará el momento en que pueda vencerte físicamente y destruirte como cualquier estudiante que ellos consideraban una alimaña. O quizá por tu cercanía con Ryuko.

Pero nadie sabía lo que pasaba dentro de ti, ni siquiera ella.

Todavía sospechabas del asunto, conociéndolo tan bien como lo hacías debido a los enfrentamientos anteriores que Ryuko había tenido con la Elite, y estabas seguro de que Uzu tenía un motivo oculto. Sin embargo, al final dejaste que el asunto siguiera su curso.

Por primera vez, y en mucho tiempo, ya que tenías curiosidad por saber qué había planeado para ti.

Quizá podías enfrentarle... Y la probabilidad era el setenta y cinco por ciento de que murieras como un héroe, aunque fuera para la tradición oral, para la resistencia, para los halos de esperanza.

Y lo que había empezado como una justa cualquiera, terminó en cuanto se complicaron las cosas. La mala suerte fue que Uzu te había impuesto en su club, el de kendo, y algunos de los miembros de dicho club estaban a nada de partirse a golpes con las chicas de gimnasia y los de lucha.

La mala suerte conspiró. Blandiste tu sable de bambú en vista hacia tu oponente.

Uzu sonrió, haciendo exactamente lo mismo.

—¿Crees poder ganarme? —Dice entre risas, justamente cuando la conmoción ha terminado.

Tus manos comienzan a temblar. Era algo que no debía pasar.

Sabes que Uzu no podría matarte con una vara de bambú como la tuya, pero de todos modos... Creías que era como sentir la muerte. Y las miradas del resto de la élite, sobre todo las de la poderosa Satsuki Kiryuin y de Ira Gamagori quién servía de guardaespaldas, tampoco servían de mucho.

Tragas saliva. Ya no respondes, ya nada más gritas con dirección a tus golpes y en cómo contestas para evitar que Uzu te tire del palco.

—¡Vamos, (t/n)!

—¡Mierda!

Por un instante, piensas en algo diferente. Sientes la mirada de Uzu bastante diferente, quizá traicionera, detenida, extraña, como si te desnudara por dentro. Te hace estremecer, y por obviedad, te hace perder.