PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

Super Smash Bros: Richter Belmont | Castlevania | Trampa

Canción-OST: "Deja Te Conecto" de Zoé.

Tiempo estándar de lectura: 00:09:11

Palabras: 1966.

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—¿Me ves cara de tonto acaso?

—No.

—Entonces puedes decírmelo. Estamos juntos en esto. Necesito que te encuentres bien, y para lograrlo es necesario que me platiques de tus problemas.

—Está bien.

El peleador se llevó las manos juntas hacia el rostro, suspiró entre ellas, juntó fuerzas dentro de su mente.

—Creo que lo amo.

—¿Qué?

—¿Te parece increíble, Simon?

—No. Era más que obvio. Pude notarlo. Y a veces pienso que también él te echa un ojo.

—¡No es tiempo para tus malditas bromas, viejo, y lo sabes!

Richter se mantuvo firme ante lo que había dicho, viendo un poco del desesperar de su compañero. Se sintió mal por lo que le estaba pasando.

—¿Y qué puedo hacer? —Contestó.

—Podemos hablar de esto, si quieres. Sé que no será tan difícil, más que nada porque lo conocemos.

—Pero...

—Sí, hay un problema.

—¿Cuál?

—Que creo que eres tu quien debe dar el primer paso. Yo no conozco de estos temas, pues siempre he estado con mujeres. Pero algo es cierto. Los chicos como él son muy difíciles.

[...]

Los peleadores más niños como Ness y Pit eran los más asiduos testigos de los nuevos peleadores. Como tú. Era divertido medir fuerzas entre personajes, a modo de lo que podían o no podían hacer unos contra otros.

Sabías como eras, sin duda. Y todos también.

Divertido, errático, gustabas de hacerles bromas a los demás peleadores. Eras rápido, a veces le hacías mal el juego a Sonic. Podías ser destructivo, y retar a las vencidas hasta con los peleadores más fuertes como Ryu o Mac. Podías darle batalla a Samus, cualquiera de ellas, o a los espadachines de Fire Emblem. Eras un chico excepcional.

Y todos lo notaban.

Siempre con tu sonrisa y con la mirada burlona para los demás cuando ganabas. Siempre ganas.

Pero llegaste junto a los poderosos Belmont, los asesinos de vampiros.

Te llevabas bien con ellos. Y siempre solían entrenar juntos. Los respetabas mucho y ellos a ti. Ellos conocían una faceta especial de ti, la de un héroe controlado.

—¡Bien! ¡Más puntos! —Gritas.

Piensas en que tus estadísticas son perfectas para las batallas.

—¡Bien hecho, (t/n)!

Los demás nuevos peleadores junto a tus amigos pequeños celebran tu victoria, de nuevo. Pero ha sido un día difícil. Tu contrincante dio batalla.