JoJo's Bizarre Adventure: Robert Speedwagon | Battle Tendency | Nuevo mundo

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Canción-OST: "Life As One" de Skinshape.

Tiempo estándar de lectura: 00:04:47

Palabras: 1016.

*******

Tu día se iba en revisar números, cuentas, analizar documentos, leer cartas y hacer informes de eso; siempre bajo su tierna y dulce pero también minuciosa mirada que durante mucho tiempo te hizo suspirar. Pero, ¿En estos tiempos? ¿En estos momentos?

Hoy no es tu día, pero de todos modos tienes que venir a trabajar.

Tu saco cuelga de un perchero cerca de tu escritorio, que se encuentra a metros de su 'oficina'. En este también se encuentra una bolsa donde sueles guardar tus cosas. Miras de reojo.

En fin, bajando la vista hacia el escritorio. Más números, más noticias, más análisis. Tu mano sobre una fina hoja de papel, juntando letras y números con una pluma, revisando que todo esté bien. Se resolvieron ya las cuestiones del día, se rectificaron los contratos y los pendientes del día ya estaban resueltos. Los dos saben que si lo es. Que todo está bien, y que en cualquier momento puede comenzar la acción.

Abre la puerta y los dos se encuentran con la mirada.

—(t/n).

Tiene la disposición de hacerlo, con su mirada cordial y protectora.

—Señor Speedwagon... Buenas tardes.

Sonríe al escucharte justamente cuando lo observas como acomoda su sombrero.

Es un hombre joven, relativamente, alto, de melena rubia muy formada en greñas, de piel pálida. Viste formal, toda herencia de la vieja patria británica. Un empresario. Era alguien a quien admirabas en todo sentido.

—Sigues en eso, me imagino —añade rompiendo el silencio.

—Sí... Es lo mejor que puedo hacer.

—Por eso confío en ti. Sé que eres un joven correcto, no solo para el trabajo sino para la vida. Bien, (t/n).

—Gracias. Es agradable escucharlo.

Él tendría su propio mundo, pensando en lo que podría hacer mañana o cualquier cosa que se le ocurriera en mente. Era extraño, por eso admirabas a Robert. E. O. Speedwagon. Y te parecía alguien increíble en todos los sentidos. Pero imaginabas que el sentimiento no sería recíproco, si bien siempre te felicitaba por tu trabajo. Eras su empleado de confianza.

Tu cara se ruboriza un poco por la frustración y comenzabas a sentirte inseguro en medio de todos esos números y las demás hojas de papel. Suspiraste muy fuerte durante algunos momentos, recorriendo tus pensamientos entre palabras y número, impidiendo que Speedwagon pudiera seguir concentrándose en lo suyo. Aunque, proviniendo de tu trabajo, eso no le molestaba en lo absoluto.

—¿Te encuentras bien? —Pregunta desde el otro lado de la oficina.

Regresas la mirada rápidamente hacia él, intentas memorizar cada facción de su rostro. Estaba un poco preocupado.

—Ah... Sí, señor Speedwagon, solo... Solo pienso en cosas.

—¿Cómo en qué?

—No sé... Los números son buenos pero, ¿Está seguro que podemos confiar en los Laurentine? La idea de la maquinaria fue buena, sin duda. Pero...

—Por eso lo analicé contigo, (t/n). No es necesario seguir discutiendo eso. Además, algo me dice que todo saldrá bien.

—¿Y qué piensa de los pequeños inversores? Siento que podrían ser muy avariciosos. Los Rockefeller no me dan buena espina...

—De eso se tratan los negocios, (t/n).

—De acuerdo... Si usted lo dice.

—Entonces todo está bien, pero no parece que esté bien tu mente.

—¿A qué se refiere?

—Vamos, ya terminó la hora laboral. Van a decir que yo, Robert Speedwagon, te está explotando.

"Ese no sería un problema", piensas. De más estaría decir que disfrutabas todo el tiempo que pasabas cerca de él. Bajas la mirada hacia los papeles de nuevo, sintiéndote intimidado por su sonrisa.

—Todo está bien... Sí.

Por inercia se te ocurre hacerle caso a lo que puede intuir. Comienzas a juntar todos los papeles. Falta poco para terminar el último informe. Sabes que el jefe puede estar satisfecho con cualquier esfuerzo que puedas hacer.

—Necesitas descansar, (t/n).

—Tal vez... Pero esto es muy importante.

Speedwagon rápidamente tomó otra silla de donde se encontraba y se acercó hacia tu escritorio. Se sentó frente a ti, se miraron y más cuando sus manos procedieron a tomar la resma de papeles marcados para alejarla. La paleta quedó limpia y sus manos escalaron.

Una de ellas llegó hacia tu hombro.

—Señor Speedwagon...

—Tranquilo, (t/n). Debes relajarte.

Su mano pasaba suavemente sobre tu hombro, haciéndote estremecer y aliviando la tensión. Pensabas que quizá solo estaba intentando amable, o quizá que solo era su responsabilidad como tú jefe. Le brindabas tu fuerza de trabajo. Y eso te hacía sentir un poco mal.

Te hace reír. Y con ello su mano sube hacia tu mejilla.

—Señor Speedwagon...

—No, (t/n)... Puedes hablarme normal... Robert. Ya no estamos en horas de trabajo.

—Bien —contestas un poco extrañado.

—Eres un chico muy especial, ¿Ya te lo había dicho? Puedo intuirlo bien en ti, a pesar de todo.

—Me gusta cumplir con mi trabajo, Robert... Y me gusta que lo noten...

Sus manos se ponen sobre el escritorio.

—Solo... Desearía poder hacer más cosas, para ti... Y para todos.

—Yo sé que puedes hacerlo, (t/n). Pero todo a su tiempo. ¿No crees? Haces bien todo lo que te propones, aunque no lo veas, yo lo sé. Tienes pasión, tienes coraje. ¿Te he hablado de los Joestar, verdad?

—Siempre.

—Eres como ellos. Lo sé. Y eso me alegra mucho haberlo encontrado aquí en el nuevo mundo.

Te sonrojas al escucharlo.

—Solo... Que este no es buen mundo.

—Puede ser... ¿Y tú mundo?

Tragas saliva y lo miras sonriente. Puede ser el momento, o no, nadie sabe. Podías arriesgarte o no decir nada, o dejar que lo intuyera.

—No lo sé... Ya no me interesa mucho lo que pasa allá. Tú eres mi mundo, Robert.

Lo miras sonreír al escucharte, como si desde un principio hubiera sabido lo que estaba pasando.

—Tú también, (t/n). Te amo.

Te sonrojas. Si bien, en este momento, nadie podía saberlo o intuirlo por las cosas que se decían afuera... Quizá, se podía aparentar.

Los dos se levantaron de sus asientos, para salir de la oficina, un poco reservados. Antes de abrir la puerta, lo abrazas muy fuerte, y le prometes que lo seguirás ayudando. Le devuelves las mismas palabras, y él te da un beso.

PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora