PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

Final Fantasy VII: Reno Sinclair | ¿Ahora quieres un momento juntos?

Canción-OST: "Side Effects" de Jade Bird.

Tiempo estándar de lectura: 00:06:38

Palabras: 1415.

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Y podría ser el fin de un día cualquiera, un día de trabajo más en SHINRA y sin conocimientos de todas las cosas que ocurrían a contra luz y que no sabías, un día más revisando papeles y haciendo anotaciones en el secretismo que rodeaba a todos los que de facto eran empleados.

—¡(t/n)! ¡Hazme caso! —Exclamó con molestia, muy aburrido.

Hasta que habló él.

Era un muchacho alto, de piel pálida, cabellos rojos hechos todo un desastre y un firme porte que no lo hacía parecer el delincuente (por decirlo así) contratado que era. Podía decirse que ese simple aprendiz de mercenario vestía mejores prendas que tú por el trabajo.

—Reno... ¿Qué quieres?

—¡Estoy aburrido!

—Pues —Comienzas a hablar sin dirigirle la mirada—, no creo que en mi oficina vayas a encontrar respuestas a tu problema.

—¿Por qué tienes que ser así? —Añadió con el ceño fruncido.

Por fin regresaste a verlo. Estaba casi acostado en una silla cercana y con las manos alzadas, y la mirada aun fija en ti.

—¿No tienes misiones?

—No —contestó de golpe.

—¿Y la bodega?

—Tampoco... Vamos... Lo que ya no quiero es estar trabajando, demonios.

—Entonces... Y deja de fruncir el ceño. Te ves mal.

—¡¿De qué hablas?!

—No lo sé... Solo me impacienta que lo hagas. Es todo.

—¡Ay, (t/n)! ¡Agradezco mucho tu honestidad! ¡Eres tan increíble, de verdad!

Estalló en risas en cuanto lo miraste al terminar de hablar, su risa era contagiosa. Mentirías al decir que Reno no era un tipo fenomenal. Aquel muchacho te caía muy bien y disfrutabas su compañía, aunque fuera hiperactivo, inmaduro y poco serio. En cierto modo en algunas ocasiones deseabas estar en sus zapatos, en medio de peleas y ratos de ocio, y no ser solo el contador de mercenarios como él y de los gastos que generaban para Shinra.

Ni hablar del hecho de que cuando quisiste integrarte a su gremio fue todo un desastre. No, mejor sigue con los números.

Seguiste trabajando con los papeles en tu escritorio, mientras que Reno seguía riéndose suavemente para sí mismo de vez en cuando, pensando en quién sabe qué cosa. Sin embargo, después de unos minutos, Reno se aburrió una vez más.

Y seguías leyendo uno de los documentos con suma concentración, hasta que su mano se posó encima y te hizo perder la concentración.

—Reno... Basta...

—Vamos, viejo, eres muy aburrido.

—Bueno —bajas el documento y regresas la mirada hacia él—, si a esas vamos según tu perspectiva, también quisiera ser más divertido.

—Entonces, tengo una idea... Dime, ¿Cuánto trabajo te falta?

—Cuatro minutos menos que hace los cinco que me preguntaste.

—Eres todo un trabalenguas... Ya en serio, (t/n), ¿Ya vas a terminar?

Solo pudiste asentir, poniendo de nuevo la hoja encima para volver a analizarla.