PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

Genshin Impact: Ayato Kamisato | Terminada la jornada

Canción-OST: "Safety Valve" de Belle and Sebastian.

Tiempo estándar de lectura: 00:07:20

Palabras: 1766.

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Podrías hacer como cualquier día y ver el atardecer caer sobre Inazuma. Podrías hacer como cualquier día y sentarte a reposar la jornada cerca de un árbol de cerezo, hasta darte cuenta de la hora tranquila y limpiarte las hojas que habían caído en tu cuerpo. O podías romper la rutina y recorrer, a tu voluntad, alguna parte de la ciudad.

Pero ese día no sería. Y mucho menos en este momento.

Caminabas con pesar y cansancio, perdido, sintiendo las miradas de los demás como si fueras un prisionero ocasional. Pero nada de eso. Al contrario, eras bien considerado para la Triple Comisión a pesar de ser un externo. Un contador, un vigilante, un asesor, alguien que tiene información de las otras potencias. Pero esta vez te daban igual todos esos títulos porque recordabas una serie de palabras que no querías escuchar en mucho tiempo.

—Solo quería decirte que Ayato quiere hablar contigo cuando estés disponible. No es nada urgente, pero quiere hablar contigo.

Esas palabras fueron pronunciadas por un joven sirviente de cabellos rubios a quien conocemos como Thoma, refiriéndose a la petición de unos de los tantos jefes de facto que tenías.

Y tras una hora de viaje, perdido entre el mapa que te había brindado la joven fémina del clan y entre electrogranas dispersos por ahí, por fin localizaste la zona a la que debías llegar.

No es que le tuvieras miedo al Clan Kamisato ni a los otros clanes. Total, el que nada debe nada teme. Simplemente no te gustaba ser llamado a altas horas, y menos después de intensos días de trabajo. Desafortunadamente para ti, cada vez que intentabas explorar la hermosa tierra que era Inazuma, algún aldeano o soldado acudía a ti en busca de ayuda. No es que te molestara ayudar, al contrario, sino por el hecho de que pasaste todo el día así y, sinceramente, estabas harto de eso.

Levantas la mirada hacia aquel lugar. Es una especie de palacio místico rodeado de colores claroscuros que daban pinta del linaje que vivía en ese lugar y de las actividades que hacían. Estaba rodeado por linternas, más árboles de cerezo, y el encanto del lugar daba pie a que se podía escuchar el susurro de las hojas junto con una campana sonando en el medio del patio. Ya comenzaba a anochecer.

Miras a tu alrededor en busca de sirvientes que se ocupen de los jardines, pero te sorprende ver que no había ni una sola alma en aquellas tierras. ¿Dónde estaban todos? Habrías entrado a la propiedad pensando en buscar la habitación donde conociste a Ayaka anteriormente, que si bien no te caía del todo bien si podías tratarla como se debía, pero pensaste sería mal visto, y lo último que querías hacer era tener más problemas con alguien tan importante como Kamisato Ayato. Si es que hubiera esos problemas, para empezar.

Sabías que él no te iba a esperar ni a ir a buscar. Ayato siempre se la vivía en la oficina. Prefería estar ahí que hacer trabajo de campo como tú lo hacías o aparecer en las relaciones públicas como lo hacía su hermana. Y no es que no le gustara, tenía buenas habilidades para hablar y entender a los demás.

No le tenías miedo, pero no dejabas de sentirte un tanto intimidado por su porte y el temple con el que solía tomar decisiones. De más estaba decir que eras neutral al asunto del gobierno, y por eso evitabas casi siempre hablar con él cuando esto fuera posible.

Localizaste el que creías era la oficina de Ayato, tocaste con cuidado su puerta y esperabas una pronta respuesta de su parte. Tardó un par de segundos hasta que dijo: