PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

Eragon Bromsson | Nos encontramos tarde

Canción-OST: "I Don't Wanna Be Okay Without You" de Charlie Burg.

Tiempo estándar de lectura: 00:06:19

Palabras: 1453.

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Que hermosa libertad demostraban aquel par de criaturas volando en el aire, llevando entre ellos una especie de danza en la que hacían fuerza de los poderes divinos que poseían como lo que eran: Dragones. Antares, macho de escamas azul cobalto, rojas y negras en tonos oscuros que se distinguía de los demás dragones por exhalar un fuego fatuo que podía "congelar" a su objetivo, y Saphira, hembra de escamas de color zafiro que reflejaban la luz del astro sol cuyo cuerpo le permite dominar el arte del vuelo teniendo el porte de ser una intrépida cazadora, compiten por la velocidad que puedan tener en un terreno algo difícil como puede ser el viento frío de esta zona.

Entre vuelos observan a sus jinetes, aunque entre ellos y con ellos no existía una especie de relación de sumisión como lo que habitualmente exigían las castas altas de Alagaësia. No, ellos se entendían bien. Como jinetes con sus dragones. Su conexión era más sentimental y por eso entendían los dolores y penurias que ellos pudieran atravesar.

Es por eso que se quedan como testigos de algo que pueda pasar.

—Es fantástico verlos así... Hasta envidia siento. Nunca creí que llegaríamos a esto.

—Tú lo has dicho, (t/n).

Sonreíste ante su observación, sintiendo de nuevo el suelo frío donde los dos recostaban. Estaba ahí, tan fantástico para ti y cómo siempre había sido. Eragon Bromsson. El jinete elegido para el destino de este mundo, que había encontrado a Saphira y que junto a ellos habías partido de Las Vertebradas para comenzar el viaje de sus vidas.

—¿Cuánto tiempo se quedarán? No me malentiendas con mi pregunta, por favor, no es que me preocupe eso... Es solo que... Bueno, no sé cómo decirlo pero, quiero que estés bien, Eragon, y no te falte nada.

Aquel muchacho te observa como caes un tanto avergonzado por las palabras que ha pronunciado. Es comprensivo en cierto modo. Los años antes de la guerra te habían cobrado factura en tus recuerdos y eso lo entendía plenamente.

—Un par de días... No es nada fuera de lo común, (t/n).

—Perfecto. Ojalá tengan un buen viaje ella y tú.

—Solo vine con Saphira —te corrigió con seguridad.

—¿Ah sí? —Preguntaste sorprendido—. ¡Quiero decir! Ah... Sí, claro. Que bien. Ella ha hecho mucho por ti y es mejor que los dos estén tranquilos. Todo está bien por aquí.

Suspiraste con un dejo de miedo por la torpeza de lo que habías dicho. ¿Cómo podías expresarle tus sentimientos a aquel muchacho que estaba a lado tuyo? Su porte era de todo un héroe, digno aspirante y consorte de la reina élfica que no era santa de tu devoción.

Deseabas tener la atención que Eragon tenía hacia ella y no desperdiciarla por nada. Guardarla como un tesoro secreto y valioso que solo fuera para ti, pues eso mismo ya representaba los recuerdos vividos a lado de aquel jinete.

—(t/n), recuerdo haberte dicho que solo vendríamos nosotros dos —contesta con algo de indiferencia—. ¿A quién más creíste que iba a traer?

—No lo sé —contestaste rápidamente, en un intento de desviar la conversación.

Y él intentaba dilucidar las cosas que decías y pensabas. No por algo se habían acompañado durante mucho tiempo y se servían de soporte mutuo para lo que fuera que pasara. Ya fuera soñando, surcando los cielos o lanzándose a la batalla misma con su gente.