PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

Fairy Tail: Gajeel Redfox | Todo fue un accidente

Canción-OST: "So Far So Fast" de The National.

Tiempo estándar de lectura: 00:06:42

Palabras: 1609.

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Y todo empezó por una especie de distracción. Si pudiéramos definirlo de un modo.

—¡(t/n)!

No negarías que antes, mucho antes de que esta desgraciada situación pasaría, ya le habías echado un ojo y te había hecho suspirar aunque fuera un par de noches. Pero pisabas el suelo franco, al mismo al que habías caído, y sentías algo de pena.

Pero todo fue tan rápido.

Después de volver de una misión, algo sencilla, esperabas regresar a tu lugar asignado en el gremio, descansar, saludar a todos y pasar el resto de los días esperando otra misión, fuera normal o de tu clase avanzada, no importaba.

Pero no.

Todo ocurrió tan rápido, pero tan rápido que describirlo tardaría más de lo que ocurrió.

En cuanto ingresaste, a unos cuantos pasos apenas, observaste correr a uno de tus "amigos" del gremio, Natsu Dragneel, hacia donde ti. Casi choca contigo pero aprovechó para ocultarse tras tuyo, haciendo distracción para quien lo perseguía.

Pero eso fue lo peor.

De repente observaste llegar a otro de los miembros del gremio y el impacto. No pudiste memorizarlo bien pero supiste quien era, Gajeel Redfox se acercó a ti y por error te dio un golpe tan fuerte directo en el estómago.

Todo había sido un accidente. El golpe era para Natsu, sabrá el destino por qué.

El golpe, tan fuerte, te hizo perder el aire y de repente caer al suelo en una parálisis momentánea que te hizo desmayarte.

—¿Estás despierto? —Preguntó muy serio.

Volvemos a la realidad.

Estás acostado, cubierto por una sabana, intentado recuperarte de la accidental agresión. Levantas la mirada hacia donde ha provenido la voz y ahí es cuando lo ves.

Ahí está Gajeel, con un rostro preocupado pero serio, sin perder el semblante fuerte que lo caracterizaba desde que había dejado Phantom Lord hacia donde Fairy Tail, tu gremio. Sentado en la cercanía, con su cuerpo formado de piel cálida, ropa ligera de batalla, las manos cubiertas pero con los dedos libres, y el largo cabello oscuro hecho un desastre.

Era llamativo. Te era llamativo, y no podías negarlo.

Los dos se miraron.

—Sí... ¿Qué pasó?

Preguntaste y después te llevaste ambas manos hacia el rostro.

—Estás en la enfermería del gremio —añadió, carraspeando la voz.

—¿Por qué?

Él ya no dijo nada y te esperó. Te sentiste, en cierto modo, intimidado por su presencia pero no sabías que más hacer.

—Perdona la molestia, lo siento —le dices, un poco avergonzado y cansado.

Gajeel suspira y después regresa la mirada hacia ti.

—Bueno... Yo... Lamento haberte golpeado.

—¿Qué? —Preguntaste sorprendido.

—¡Pero fue un accidente!

—¡¿Cómo que fue un accidente?!

—Mi objetivo era golpear a... A alguien más.

Intentaste reincorporarte para verlo de frente pero fue difícil. El dolor, aunque era menor, seguía siendo insistente en tu cuerpo y hacías esfuerzo.