PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

Adventure Time: Marshall Lee | Si me buscas me vas a encontrar

(N/A: Ya sé que les debemos muchos, muchísimos, fics de este bello muchacho. Así que... Iniciemos con esto, porque él ya formó la nueva trinidad. Si quieren más, pídanlo). 

Canción-OST: "Call On Me" de Litany.

Tiempo estándar de lectura: 00:06:54

Palabras: 1473.

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Sentías un poco de intranquilidad, sin duda. Como una especie de manto helado acercándose por tus hombros, como si buscara detenerte en el camino con lo que fuera que fuera a hacer. Solo había dos opciones, y esperabas descartar una sobre la otra.

Pensabas en que todo había salido bien y que no tenías nada que temer, que por fin ibas a llegar a casa a descansar y al día siguiente volver a hacer lo que siempre hacías. Suspiras, al ver lo que llamabas tu hogar, como el segundo humano de Aaa.

Y sueñas.

Tus pasos son certeros, encaminados a dirigirte a terminar tu viaje. No tienes ni unos metros de llegar a tus dominios, ubicados un poco antes de llegar al Dulce Reino y donde debías entregar el resultado de tu misión, cuando sientes un escalofrío recorrer por todo tu cuerpo, hasta tu espalda baja.

Te estremeces. Levantas la vista hacia el atardecer del mundo, el sol se oculta entre las nubes y las colinas del universo... Y por fin descartas la posibilidad.

Sientes un par de manos frías cerca de tu rostro, hasta llegar a tus ojos que te impiden observar el escenario que ya preveías desde que llegaste. Pero aun así, el sentir aquel par de manos frías te hacía sentir seguro.

—¿Quién soy?

Ríes levemente al escucharlo.

—El rey de los vampiros... El muchachito malo... El amedrentador que vino de la Nocheósfera... ¿Quieres más apodos?

—Eres un idiota, niño.

Te ríes más fuerte, y por fin te suelta permitiendo que lo veas. Regresas la mirada hacia atrás y lo observas a toda su plenitud. Parece estar acostado pero en realidad está flotando en el ambiente, tenía ese poder genial que te encantaba. 

—Buenas tardes, mi estimado Marshall Lee —contestas con una sonrisa sardónica y haciendo una reverencia a aquel vampiro.

—También me alegro de verte, (t/n)... Ya tiene tiempo que te perdí de vista. ¿A dónde te has metido?

Suspiras.

—Salí de misión, Marshall. Tuve... Unas cosas que hacer.

Marshall se acerca hacia ti con el dedo índice alzado hacia tu rostro. Espera llamar tu atención de más y provocar un tramo de inmadurez y ociosidad en tu inmediata personalidad.

—¿Y a dónde irás ahora?

—Bueno, debo entregar mis resultados al reino y...

—¡Aburrido!

Suspiras en señal de hartazgo, justamente cuando ha alejado su dedo de tu nariz.

—Y después me iré a casa, a descansar...

—No los entiendo a ustedes los mortales.

—¿De qué hablas?

—¿Quién descansa de un viaje? El viaje es el maldito descanso.

—No si tienes que caminar cientos de millas y destruir cosas como yo, Marshall. Yo no me divertí esta vez.

Recuerdas el dolor de tus brazos cansados por el mismo viaje. Y él lo nota.