PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

Thundercats: Lion-O | Versión 2011 | Albor

[N/A (Nota originalmente publicada en Abril 2020): Miren... Esto si es de mi infancia pero... Rayos, ni cuenta de lo que pasaba. Y salió una nueva versión de esta cosa, y está horrible. Y uno de mis amigos estaba bien emputado por la porquería de esa versión, que probablemente los hermanitos de muchos de ustedes ahorita estén viendo en televisión, y me dijo "Wey no, se cagaron en mi infancia" y me pidió que hiciera el fic. Fue... Muy raro, pero interesante. No descarto más personajes o series así.

Ahora, dejemos en claro algo. Debido a esta confusión de versiones, decidí usar los nombres en inglés pero la pronunciación será en español latino. Una disculpa por las confusiones, aunque, vean, si bien la versión que usé es del 2011, esta cosa es ochentera y ya estoy viejo... Creo].

Canción-OST: "Heaven Up There" de Palace.

Tiempo estándar de lectura: 00:08:37

Palabras: 1834.

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Sientes las gotas de agua caer sobre la piel que protege tu rostro, lo secas, y notas en el espejo el reflejo de tu ser. Con las manos sosteniéndose, levemente para no hacerlo caer, del lavabo de tu pequeña habitación. Suspiras, intentas jalar fuerzas para iniciar el día.

La misión de este mundo es primero.

Esos recuerdos, esa latente amnesia que todos los días te perseguía. El miedo que sentías de no ser como los demás y de que algún día decidieran acabarlo todo, tal y como pensabas que había sido. ¿Cómo llegaste?

Recuerdas estar perdido, despertar sin reconocer la flora y la fauna del lugar. Con el pasto sirviendo para reposar tu cuerpo, haciéndote sentir cansado. Intentaste explorar, caminando con miedo, soñando en el momento que pudieras encontrar algún rastro de civilización de tu especie. Solo tenías una palabra en la mente.

—(t/n) —susurraste.

Y empezaste a correr de los peligros de aquel lugar. Era un mundo que no reconocías, con seres que no entendías que veían en ti para satisfacer su hambre. Recuerdas ese escondite cerca de un viejo árbol, con tus manos sobre tus rodillas y con las lágrimas secas.

Pensabas que en cualquier momento podrías morir. ¿Qué sería más doloroso? Morir por las bestias o por la deshidratación y el hambre. ¿Cuándo podrías salir a ver tan siquiera la luz del sol?

Y entonces cayó la noche, y escuchaste algunos sonidos bastante estridentes. Pero no querías salir a ver. Te sentías inseguro, pero no lo suficiente. El escondite había servido para despistarlos, para pensar que no estabas ahí. Escuchaste unos pasos cerca, te sentiste morir... Si bien eran pasos pequeños, como los de cualquier mortal como tú. El sonido de tus suspiros, llenos de miedo, acortaba el silencio.

—¿Te encuentras bien?

Te estremeciste al escucharlo de lejos, volteaste la mirada hacia la entrada del escondite, la pequeña depresión entre el suelo y el tronco del árbol, esperando lo peor. Era alguien bastante diferente.

—Vete... —dijiste a quemarropa, viéndolo de frente, con algo de tristeza.

Suspiraste, pensando que en cualquier momento podías morir en sus manos. Sentías algo extraño, casi de manera inmediata, pero no sabías que era.

—¿Cuánto tiempo llevas aquí?

—No tengo idea... ¿Y eso importa? ¡Estoy perdido! ¡Moriré en cualquier momento!

—No digas eso.

—¡Es cierto! No sé dónde estoy, ni cómo llegué, ni cómo voy a sobrevivir... Todos esos monstruos querían matarme...