The Dragon Prince: Aaravos | Libertad mental

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Canción-OST: "One at a Time" de Unknown MortalOrchestra.

Tiempo estándar de lectura: 00:06:57

Palabras: 1904.

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Un hechizo especial en ti, brindado por un mago rebelde de tierras enemigas, aledaño de quien había creado el espejo, permite que tú puedas entrar y salir libremente de sus forzados aposentos. Pero debe ser en momentos especiales. Momentos en los que no se encuentre el guardián de esta prisión y los dos puedan hablar ocasionalmente.

Y no es que no hayas intentando liberar a aquel elfo de la prisión de espejo donde se lo habían metido. El hechizo servía contigo pero no con él.

Por eso había que ser cuidadosos. Pero simplemente, con el miedo y la adrenalina corriendo por tu ser, no podías estar del todo concentrado. Más aun, viendo como dicta su lección.

—El hechizo que hoy voy a enseñarte hoy no solo te otorgará conocimientos. Sino que también te dará una visión de si lo estás haciendo correctamente —Decía Aaravos, el elfo atrapado dentro del espejo—. Es tradición con los magos estelares que el maestro entre en la primera visión del estudiante con ellos, ya que de lo contrario puede desorientarse.

—¿Crees que estoy listo?

—Por supuesto... Incluso para un humano como tú, has llegado lejos. Muy pocos lo consiguen.

Cuando se encontraron por primera vez, con el miedo de que fueras descubierto por confirmar un simple rumor que comentaban los otros cadetes de baja escala como tú y sus superiores, él sintió un alivio al ver que alguien, por más riesgos que hubiera, venía voluntariamente a buscarlo.

Incluso, aunque fuera para pasar el tiempo, con tal de que él no se sintiera solo.

—¿Podrás ver lo que yo veo? —Preguntaste incrédulo.

—Con nuestra conexión mental, sí.

Aaravos, dejando ver sus ropajes y algo de su brillante piel, se levantó y tomó un libro. Te lo entrega. Deja ver la página que ha marcado la ilustración de una runa.

—Es el indicado para la ocasión.

Aquel elfo se mueve y se ubica detrás tuyo, indirectamente dándote la orden para que comiences a decir el conjuro tal y como estaba escrito. Nada fuera del otro mundo.

—¿Y qué es lo que hace?

—Revela el deseo más fuerte y más profundo de una persona, lo que más quiere en el mundo —dice, mientras posa su barbilla cerca de tu hombro, llevando la mirada hacia la runa—. A diferencia de los otros hechizos que has aprendido hasta ahora, este también puede ser dirigido hacia ti. Cuando has realizado hechizos antes, canalizas la energía de la fuente primaria a través de ti mismo y hacia afuera, donde dibujas la runa.

Sus manos bajaron lentamente por tus brazos, interfiriendo obviamente con la energía que intentabas canalizar.

¿Qué dirían de ti los demás si vieran esto? Un humano controlando a modo la magia y siendo un potencial peligro para esta hipócrita sociedad real que había condenado a un falso enemigo a pasar sus días en soledad.

—En cambio, cuando realizas un hechizo sobre ti mismo, el movimiento tiene que ser atraído hacia dentro. En tu dirección. Piénsalo como las olas del mar. El agua llega a la arena, sí, pero después las olas regresan de donde vinieron.

Sientes como sus dedos se deslizan hacia atrás por donde vinieron y muy cerca de la curva de tu cuello hasta tus hombros de nuevo.

Más aun, ¿Qué dirían de ti al ver que en, como esta serie de pensamientos toscos donde sientes una breve excitación de sentir sus dedos cerca de ti, estas incursiones prohibidas te has enamorado de Aaravos? El problema era ese. La traición por la que serías juzgado. Más aún, que no tendría sentido puesto que dudabas que aquel mago elfíco sintiera lo mismo por ti.

PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora