PersonajesxMale!Reader (Yaoi - Volumen II)

JoJo's Bizarre Adventure: Jean-Pierre Polnareff | Stardust Crusaders | Senda

[N/A (Nota publicada originalmente en Febrero 2020): Era obvio que iba a profanar al besto JoJoBro, el men tortuga al que le encantan los baños... Es fantástico... La verdad, lo quiero mucho... Y sí, creo que debí poner una real banda alternative francesa para la ocasión, prometo expandirme a la música en otros idiomas. Lo juro].

Canción-OST: "One Time Too Many" de Phoenix.

Tiempo estándar de lectura: 00:07:45

Palabras: 1659.

*******

Siempre hacían lo posible para no parecer del todo juntos. Y tú lo amabas desde el primer día que lo viste, aunque también sentías miedo de su fuerza y de todo su poder. Eso también te producía penas. Querías que estuviera tan cerca de ti, y por ese sueño tampoco querías perder para siempre la amistad que tenían.

Por su vista, por lo que se conocieron del viaje con los Crusaders, Hong Kong se volvió tu lugar favorito en el mundo, y siempre soñabas con poder regresar a su lado.

Por lo poco o mucho que sabías, Polnareff era un hombre excéntrico en cierto modo. Divertido, fuerte, honorable, pero muy vivaz en el sentido de que observa a las mujeres. Todo un casanova y conquistador, un hombre honorable en sueños vivos tuyos. Sueños que tenías desde muy joven. Por eso siempre intentabas estar lo más cerca de él, y aprender todo lo que pudiera decir. Sin embargo, también te hacía reír y también te hacía sentir bien.

Y los unía la misión de los Joestar.

—Debemos descansar —exclama Joseph, después de revisar a todos con leve vista—. Ha sido un día bastante largo.

Todos acuden a un hotel cercano, y se hace la repartición de las llaves. Esta vez iba a ocurrir, quizá ocultaba algo. Le entregan la llave a Polnareff, y le avisan que deberá compartir habitación contigo.

—No hay problema —dicen los dos al unísono.

Le regresas la mirada un poco asustado, mientras que él suelta una extraña risa y comienza a verte con el rabillo del ojo. Todos acuden a descansar. Él abre la puerta con premura, un poco intrigado en la tarea y más que nada por lo que fuera que el supuesto lugar superara a las habitaciones de mala muerte.

—Adelante, joven (t/n). Después de ti.

—No, Polnareff, adelante. Tu primero

—Insisto.

—De acuerdo, muchas gracias. Me siento halagado.

Aquel hombre sonríe y cierra la puerta cuando por fin están los dos adentro de la habitación. Los dos lanzan sus bolsas cerca de sus camas, casi en los respaldos. Te sientas muy lentamente y procedes a quitarte los zapatos con cuidado, mientras que escuchas como la cama intenta amoldarse por el sonido que produce cuando te sientas. Suspiras.

—Suenas cansado —añade Polnareff mientras se descalza violentamente y procede a recostarse.

Lo miras desde los pies a la cabeza.

—Sí... Joseph tiene razón, fue un día difícil. Me siento horrible.

Ceñiste tras responder, y después continuaste.

—También te lastimaron mucho, Polnareff. ¿Te encuentras bien?

Aquel atractivo hombre mira hacia sus pies, hacia el suelo, siempre en sí mismo. Después regresa la mirada a las vendas y otras curaciones que tenía en uno de sus brazos.

—Ya no me duele. Estoy bien, (t/n) —Hace una mueca al estirar los brazos—. O así será.

—Me alegro, desearía poder ser más fuerte.