Capítulo XXX: No es otra película de Tarantino.

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  • Dedicado a Harry Styles, por su cumpleaños.
                                    

El camino al cine fue unos engorrosos minutos de rock alternativo mientras las chicas charlaban con Styles sobre cómo alquiló la caja de zapatos que se hacía llamar Porsche. Los chicos con sus destrezas para conseguir apretujarse con una chica en la parte trasera de un auto me sentaban repugnantes, más cuando literalmente mi pierna se estrujaba con el costado de la pierna de Maggie, muchísimo más cuando todo esto sucedía por las monumentales ganas de Sar por acosar a mi prima en su cita con Horan, lo cual me hacía interesarme por qué estaba tan insistente en el asunto.

Pero claro, es como preguntarse por qué la existencia del orden alfabético. Nadie realmente sabe.

―Pukie ―La rubia nombró, causando que deje de observar la ventana―, te he conseguido un chico ―Sonrió gigante, picando que alce una ceja confundida por su comentario. No pasó por alto que tanto Maggs como Harry observaron a la muchacha por un instante, pero eso pasó de alto cuando continuó―. En realidad se acercó a mí porque tiene miedo de que lo comas vivo. Al parecer, te observó charlando el día de la fogata con Patrick por lo que pensó que serías agradable, así que ha estado estas semanas preguntándose cómo acercarse a ti ―Aplaudió, vislumbrando de reojo al rizado antes de proseguir, carraspeando un poco más insistente―. Le he dado tu número telefónico.

¡¿Qué?!

―¡Joder, Sarah! ―Estallé, abriendo mi boca―. Acabas de darle mi número a algún chico extraño sin mi consentimiento, ¿y planeas que vaya a una cita con él? ¡Ni loca!

La rubia hizo una mueca―: Es amigo de Preston, y completamente lindo, lo prometo. ¡Hazlo por mí! ―Permaneció con su típica cara orgullo de Hollywood que me hizo girar de nuevo la cabeza hacia la ventana, como una adolescente que acaba de pelear con su madre porque la hacen pasar un verano en casa de su familia no deseada―. Será el jueves en el restaurante que queda a dos kilómetros de la academia. Solo quiero que pruebes, Pukie; prometo no acosarte como a Paz.

No respondí, tomando mi iPod para que acalle todos los comentarios mientras cerraba mis ojos. Eso, hasta que en realidad estuvimos en frente del cine, escondidos en la entrada principal mientras buscábamos con la mirada a la pareja de jóvenes.

―¿Pueden verlos?

―En realidad no.

Sarah pegó un brinco―: ¡Allá están!

Maggie le destinó una mirada que indicó cuán alto fue ese comentario, cuando la rubia hizo una mueca de disculpa y nos revolvimos lo más acucioso posible. Yo, mientras, seguía cuestionándome cómo es que mi amiga pudo hacer una cita a la que no quería ir, y definitivamente no iría, mientras los seguía más desganada que nunca mientras me sentía como esos días en los que mi madre me obligaba a ir con ella a eventos que concluían terriblemente aburridos. Mi prima a pie enjuto querría tener privacidad con el rubio y nosotros estaríamos irrumpiendo; podía apostar que no habría nada escandaloso para que mi amiga con tendencias de madre sobreprotectora pudiera saltar sobre ello. De hecho, justo ahora, mientras los veíamos hacer fila para comprar dulces, surgían tan normales que podría jurar que nada extraño arruinaría este día más que nosotros acá, observando como unos acosadores a una pareja de jóvenes en su primera cita.

Ni siquiera tenía mis binoculares para terminar el aspecto.

―De acuerdo, vayan entrando para que no pasen antes que nosotros y nos vean subir con las manos en la masa ―Sarah manifestó, girándose como un sargento dictando órdenes―. Estoy en el cine y es una necesidad comprar AirHeads de fresa, por lo que pueden ir yendo sin mí ―Creo que la mirada que le dedicamos los tres no fue calmada, porque soltó una risa serena y, aún encubiertos detrás de un pilar, sonrió un poco, moviendo la mano―. Tranquilos, viejos, todo está bajo control. Compraré unas palomitas de maíz tan grandes que cubrirán todo mi rostro mientras subo las escaleras. Sé que suena peligroso, pero no soy Aileen ―Los dos sonrieron, cuando yo miré feo a mi rubia amiga y ella me guiñó el ojo―. Les compraré a todos AirHeads y refrescos. Vayan buscando los asientos.

Dating WhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora