Capitulo 5: Entre juegos y sonrisas todos son felices

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La noche paso rápidamente, la luz del brillante sol empezaba a colarse por la ventana del pequeño. Él arrugó su nariz al sentir el brillo colarse entre sus párpados, no fue hasta unos segundos después que finalmente se levantó de su cama con mantas de autitos. Eren rasco sus ojos vagamente, despertar temprano nunca fue de su agrado, pero al recordar la promesa que le había hecho su papá la noche anterior se levantó de un salto de la cama. Y así, como si hubiera despertado hace horas lanzó la manta al aire y corrió a la habitación de sus padres. Al estar frente a la habitación giro la perilla y sin avisar nada, se lanzó en la cama.

— ¡Arriba, arriba! — Exclamó sacudiendo a las personas que aún estaban bajo las mantas blancas descansando. — ¡Papá, mamá despierten que ya es de día!

— Agh, 5 minutos más ... — Dijo su madre tapándose el rostro entre las sábanas intentando descansar.

— ¡Ya es de día, arriba los dos!

Erwin abrió sus ojos con desgana, a la vez que recostaba su espalda sobre la almohada para poder ver al niño.— Eren, aún es temprano ¿Por qué no vas a dormir un poco más?

— Pero tú dijiste que voy íbamos a salir los 3 juntos, — Dijo viendo suplicante al mayor con esos grandes ojos verdes que le hacían casi imposible el negarle algo, además vestía una adorable pijama de marinero que hacía juego con sus ojos. Erwin bostezo y rasco sus ojos azules para mirar a su hijo. — Bien, tú ganas pero primero hay que desayunar.

— ¿No podemos comer allá fuera?

El rubio puso su mano sobre la cabellera castaña del menor. — Yo voy a cocinar esta vez, ¿Quieres comer algo en especial?

Eren pensó en su plato favorito al instante. — ¡Quiero un sándwich con jugo de naranja, papá! — Exclamó con una sonrisa en su rostro, adoraba la comida que hacía su padre cuando estaba con ellos. Al contrario que su mamá, él era un experto en la cocina y prefería mil veces su comida que la de un restaurante.

— Hecho, — Antes de poner un pie sobre sus pantuflas para caminar a la cocina, deposito un beso en la mejilla del menor. — deja a tu mamá dormir un poco más y vete a bañar ¿Ok?

Él asintió rápidamente y vió como su papá se retiraba de la habitación para hacer el desayuno. No tardó demasiado en ir al baño a alistarse para comenzar con el maravilloso día que le estaba. La mañana paso muy rápido, a penas y terminaron de desayunar dejaron la casa para ir junto a Eren a una feria infantil no muy lejano de su casa. Fueron a las atracciones apropiadas para niños, al reloj marcar las 2 de la tarde decidieron ir a almorzar en un restaurante cruzando la calle frente a la feria.

— Deberíamos hacer esto más seguido, no recuerdo la última vez que veníamos a la feria. — Comento Hanji mientras revolvía su comida alegremente.

— Recuerdo que vinimos cuando Eren aún era un bebé.

— ¡Oh, sí! — Ella rio al recordar la imagen de su bebé en su primera feria— Cómo olvidar que le tenía miedo a la mascota de la feria, ¿Recuerdas Erwin?

Él asintió sonriendo al recordar aquello. — Porsupuesto, incluso fui yo quién tuvo que cambiarle el pañal.

Ambos rieron ante el recuerdo, sin embargo al menor de la mesa no le daba gracia que se rieran de él. Al instante sintió un trozo de pollo caer en su cara. — Quita esa cara de enojo, te saldrán arrugas si sigues frunciendo el ceño así. — Comento Hanji viendo de forma burlona al niño enojado, ese carácter que tenía siendo tan pequeño parecía ser similar al suyo cuando algo le molestaba y por esa razón le causaba gracia.

— ¿Podrían dejar de hablar de cuando usaba pañales? Es vergonzoso ... — Dijo bajando su mirada avergonzado por la situación.

— Está bien, está bien pequeña furia andante — Puso su mano sobre la mejilla del niño para que levantará la mirada—. Eren, aún no le has contado a papá sobre tu fiesta.

Viejas heridas Where stories live. Discover now