Capitulo 13: Odiado o amado alcohol

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La alarma de su teléfono sonaba con insistencia, juraba haber desactiva esa maldita alarma desde la primera vez que la escucho sonar.

No fue hasta que finalmente se harto, que volvió a desactivarla, notando que está había sonado desde hace más o menos media hora.

Parecía tener el sueño muy pesado, y por eso estaba sufriendo las consecuencias de ser una tomadora descontrolada, porque juraría que su cabeza estallaría en cualquier momento.

Estaba tan absorta en sus pensamientos vagos, que ni siquiera se había dado cuenta que estaba desnuda en su cama, lo que era extraño porque siempre había preferido dormir con sus amadas pijamas en las noches frías.

— Mierda... — Se quejó, sosteniendo su cabeza.

Curiosa por conocer la hora, reviso su teléfono dando un brinco de la sábana al instante.

Eran más de las 12 del medio día y ella había dormido como tronco.

Lo más extraño fue sentir el frío cubrir su piel desnuda, no recordaba haber llegado a su casa ni menos haberse quitado la ropa, pero se mantuvo supervisando su reflejo en el espejo.

Todo parecía estar bien, agradecía no haber terminado nadando con vagabundos en plena borrachera.

O al menos estaba bien hasta que se fijó en lo de parecía un moretón en su espalda.

¿Qué había pasado?

Tal y como si su mente esperaba aquel momento para hacérsela recordar, la imágen se reprujo en su cabeza.

Había bebido mucho licor en compañía de su buen amigo Moblit ayer que el tiempo se les fue de las manos. Alguien había ido a recogerla, y ella se fue del bar...

Un auto.

Lo único que logró recordar en el auto fue como se sentaba en las piernas del conductor de forma seductora, sin ningún escrúpulo o pena alguna, se besaba con tanta intensidad con aquella persona que pudo identificar fácilmente...

Mierda, mierda, mierda... mierda de la mala.

La había cagado rotundamente. El responsable de aquella marca en su espalda debió haber sido él, pero ¿habrán terminado por tener relaciones en su propia casa?

Viendo su habitación, todo parecía en su lugar. Nada de desastres y todo silencioso, era gracioso que no recordará silencio desde hace ya un par de años cuando nació su bebé.

Un minuto...

— ¡Eren! — Exclamó, casi resbalando con todo y sábana al suelo.

Tanto silencio a estás horas no era normal, y se suponía debía recoger al niño el día anterior.

...

Ya vestida, reviso toda la casa en busca de algún rastro del niño y todo seguía tal y como estaba la mañana anterior, con sus juguetes tirados por todos lados.

Siendo llevada por el pánico volvió a consultar su teléfono, notando finalmente un sin fin de llamadas perdidas en su mayoría de una sola persona.

Sin más, tomó su bolso y sus llaves para conducir en dirección a aquel departamento ciertamente un poco más aliviada, aunque la preocupación de cómo la habría pasado el niño era difícil de ignorar.

— Quiero jugo de manzana. —Comentó Eren, despreocupado.

No obtuvo respuesta. Tanto Levi como Mikasa parecían muy ocupados con el desayuno como pasarle el envase de juro.

Viejas heridas Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang