Capítulo 23: Cambios

302 45 40
                                    

Todo estaba igual, desde aquellas sillas viejas colocadas alrededor de la mesa de madera antigua hasta las telarañas que se habían expandido entre las paredes húmedas y de madera desgastada.

La única diferencia que había desde la última vez que piso ese lugar, era que ahora se veía más abandonada que antes, exceptuando a los animalitos que dejaban sus eses por todas partes, claro.

Con sutileza, la yema de sus dedos pasó por sobre los estantes viejos con una expresión pensativa.

No habría sido hasta que un estornudo seguido por el sonido de un mueble cayendo al suelo, que finalmente se dió la vuelta para ver a un Eren sobando su propia frente con una expresión adolorida.

"Hey, hey, ¿estás bien, enano?" - Preguntó Hanji, acercándose a él con curiosidad.

"Hay mucho polvo aquí, esa mesa choco contra mí." - Dijo viendo con molestia a la mesa.

En los ojos del pequeño Eren podía notar un poco de azul, muy característico cuando sentía emociones fuertes como enojo, rabia o tristeza. Una sonrisa se coló en su rostro al ver aquella mesita, mientras el fragmento de un recuerdo apareció en sus memorias.

"Que extraño, recuerdo haber movido esa mesa de lugar. Aunque parece que tienes una afición por chocarte con ella." - Decía con un brote de nostalgia, mientras Eren la veía confundido aún con su puño sobando su frente herida.

"¿Por qué lo dices? ¿Estuviste aquí antes?"

"Estuvimos aquí una vez, de hecho cuando vinimos recién habías aprendido a gatear. Andabas de aquí para allá en todas partes y cuando te deje en el coche unos minutos..."

La imágen del pequeño bebé castaño y regordete gateando por la cabaña llegó a su mente, río al recordar cuando sólo le había dado la espalda unos segundos, tiempo suficiente para hacer a Eren chocar contra esa misma mesita para luego levantar sus pequeños puños con intención de pelear y llorar al instante al golpearse a sí mismo sus manitos.

"Cambie la mesita de lugar, pero a esa mesa le gustas." - Explicaba, señalando el rincón en donde anteriormente estaba la mesita.

"Huh..." - Balbuceó él con molestia.- "¿Y... Por qué vinimos aquí antes?"

"Uh, bueno, supongo que en ese entonces vinimos a dar una vuelta antes de salir de viaje. ¿Qué te parece este lugar?"

"Esta horrible." - Expuso, frunciendo el ceño con incredulidad.

"¡Pfff! No seas tan pesimista, puede que se vea mal ahora, pero... ¿sabes?, aquí cerca hay un lago muy hermoso con muchos peces."

"¿Un lago?" - Repitió.

"Sip, puedes pescar y nadar allí. También hay muchos animales y paisajes muy bonitos para andar. Sí, puede que la cabaña no esté en sus mejores días, pero sería un buen lugar para pasar un verano, ¿no creés?"

"Hummm..." - Se detuvo a pensar.- "Bueno, tal vez sí, ¿papá y tú estuvieron aquí antes?"

Hanji se detuvo unos segundos pensando en lo que decir.

"La verdad es que no, en realidad, a él no le gusta venir aquí. Esta cabaña era una herencia de su madre te dejó y sólo alcanzamos a visitar aquí en esa ocasión."

Viejas heridas Onde histórias criam vida. Descubra agora