Capítulo 21: Confusión

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“¿Qué tal? ¿Acaso no es bonito el sitio?”

Decir bonito le quedaba corto, apenas fueron recibidos en la recepción se toparon con un elegante hotel en la zona más exclusivo de la ciudad. El suelo perfectamente limpio a tal punto en el que podían sus propios reflejos, alfombras de lino, decoraciones de temple costosa y elegante, gente estirada andando de un lado a otro y por supuesto, un agradable aroma a uvas.

Sin embargo, Hanji no estaba del todo al pendiente de cada detalle en aquella recepción, en su lugar se encontraba teniendo una lucha interna. Habían pasado años desde que había visto a sus amigos, recordaba que la última vez Eren todavía usaba pañal. Y aunque el contacto no había sido perdido del todo gracias a la existencia de los teléfonos, con los años dejaron de frecuentarse hace tiempo y eso la ponía nerviosa.

“¿Ella vive aquí?” — Escuchó preguntar a Armin, quien seguía tomando su mano viendo asombrado su propio reflejo en el techo.

“Es el hotel de sus padres, la última vez que la ví Nanaba vivía en un departamento pequeño.” — Explicó.— “De hecho, llegamos a vivir juntar por un tiempo.”

“Debieron ser muy cercanas, ¿y por qué dejaron de vivir juntas?”

Ciertamente las preguntas del curioso rubio la ponían nerviosa, no hacía más que incrementar sus ansias.

“Oh, je... Pues, digamos que conocí a alguien y terminé yéndome a otra parte.”

“¿Quién?”

Por los ojos azules viéndola repletos de curiosidad, podía definir que Armin no dejaría de preguntar al menos de que ella misma cambiará su atención a otro lado. Para su fortuna, Eren se metió en la conversación.

“Conoció a mi papá, Sherlock.” — Respondió con aire de impaciencia.— “Mamá, ¿cuándo podremos irnos? por la noche sale un nuevo capítulo de mi programa favorito...”

“Los capítulos se repiten mañana, de cualquier forma creí que estarías alegre por ver otra vez a tus tíos. Ellos siempre te mandan regalos, así que quita esa cara de limón agrio, hombre.” — Decía Hanji, mientras que por otro lado Eren simplemente se cruzó de brazos y frunció el ceño como protesta.— “Mira, de igual forma podrás comer muchos dulces con Armin, ¿No quieres?”

“¿Y habrá chocolate caliente?” — Preguntó el rubio con interés.

“Mmm, puede ser, pero estoy casi segura de que habrá una fuente muy grande chocolate con miles y miles de malvaviscos y fresas para que puedan huntar en ella, y... ¡Oh! Lo olvidaba, también habrá un pastel gigante y helado...”

Lo último por lo visto había sido suficiente para llamar la atención de Eren porque al instante volteó a verla, intentando que su ceño fruncido persistiera a la tentación.

“¿Habrá helado?” — Preguntó.

“Claro, y mucho, pero... si el señorito sigue queriendo irse a casa...”

“¡Espera!” — La interrumpió.

¡Wallá! Sólo bastaba mencionar helado para hacerlo flaquear.

“No, está bien.” — Murmuró todavía viendo al contrario de los ojos de la mujer.— “¿Cuándo llegará papá?”

Mientras Hanji hablaba con los niños, la recepcionista terminó de confirmar su invitación y le reafirmó la dirección hacia el área social donde se realizaría el evento.

“Hum, se supone que llegaría después de que acabará su turno a las cinco.” — Dijo en lo que veía su reloj, procediendo a mirar al caprichoso Eren.— “La mano.”

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