Capitulo 33: Herida fresca

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El viajar entre recuerdos era como explorarse a uno mismo en un valle gobernado por espinas y musgo verde bajo un cielo pintado en tintes grisáceos, los cuales representaban con claridad la melancolía y el arrepentimiento que se esforzaba por recordarle cual capricho cada decisión que haya tomado en su vida, sea buena o mala.

Pero para él, un hombre que había pasado por más de mil desgracias desde la infancia, el peor de sus recuerdos revivía con frescura y agriedad sus recuerdos. Antes que todo se fuera a la mierda, precisamente en esa noche de hace más de siete años atrás...

La sala anteriormente repleta de vida y lucidez, en su memoria permanecía a oscuras bajo el manto de la pesadez que rodeaba a aquel hombre azabache sentado en total silencio en el sofá, rodeado de varias botellas de vodka.

No veía alrededor, ni siquiera recordaba cuanto había pasado en aquella posición mientras su cabeza se mantenía recostaba en el brazo del sofá, manteniendo su semblante irritable y ocultando la pena bajo su brazo.

A pesar del silencio, oyó el tenue sonido de su puerta siendo abierta.

— Fuera. — Dijo con frialdad, sin siquiera perturbar su posición para ver al intruso.

La puerta se cerró, pero los pasos leves de aquella persona se dirigían hacia él.

— Levi...  — Respondió una fémina voz, que reconoció e hizo arrugar aún más su frente.

Era Lynne.

— ¿Cómo llegaste aquí? —  Soltó vagamente.

— Quería verte.

El silencio rondo el pesado ambiente sombrío, Levi sintiendo los dejes del remordimiento ante la presencia de aquella joven y todo la asqueridad que había comenzado a rondarla sin que ella se diera cuenta. Realmente... Puede que incluso en ese mismo momento, su tío se encontrará negociando con sus padres para asesinar a su novio y ella ni siquiera lo sabía. O al menos eso creía él en ese momento.

En realidad, ella ni siquiera sabía quién era él, simplemente había aparecido en su vida como el amigo de su vieja amiga de secundaria Hanji, con quién había comenzando a "toparse" por casualidades en las mismas zonas que ella rondaba.

Con pesadez, apartó su brazo de sus ojos grisáceos para ver a la mujer. Por un instante, su propia vista se mantuvo borrosa hasta enfocar la figura de la mujer.

— No he sabido de ti en días... — Dijo con un hilo de voz que era apenas audible ante el silencio abismal de la sala.— me preocupé, después de todo eres mi amigo.

— Ahora no, largo. — Comentó con frialdad a la joven.

— ¿Esto es por Hanji? ¿qué sucedió con ella?

— No te importa. Ahora será mejor que te largues antes de que te patee el culo hasta el lobby.

Con irritabilidad, rasco con pesadez sus orbes ante la sensación del alcohol rondando en su sangre, pero aún se mantenía sobre sus sentidos.

Lynne se alejó, silenciosa y perdiéndose entre la oscuridad. Al no oír la puerta cerrarse ni abrirse, supuso que seguía allí, lo confirmo apenas y cuando un vaso de agua fue puesto frente a él.

— Bebe un poco. —  Dijo con normalidad.— Me iré, no hace falta tu hostilidad.

Tales palabras parecían disfrazarse tranquilas bajo un manto de ira, pero Levi no le prestaba atención. Se sentía como un trozo de carne vagando en aquel sofá, con la mirada vacía por la angustia y el alma deseando ser cegado por el alcohol como único mecanismo para no recurrir al miedo... El miedo a perder a alguien, su madre.

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