Capitulo 14: Sólo una tarde de juegos

537 61 27
                                    

El plan había cambiado completamente. Lo que al inicio sería un almuerzo con comida rápida en una zona infantil, era ahora un almuerzo en un restaurante  de apariencia costosa.

Las paredes estaban decoradas con luces amarillas con un tapizado en forma de hojas y del techo colgaban candelabros color rojo sobre cada una de las mesas.

Aquel restaurante parecía ser tan exclusivo que apenas habían un par de personas allí, quizás porque recién era la hora del almuerzo.

Apenas y cruzaron a aquel lugar, un camarero se acercó a Zeke alegremente y procediendo a llevarlos a una de las tantas mesas.

— ¡Wow, Mikasa mirá eso! — Exclamó con entusiasmo el pequeño castaño señalando un espejo.

Mikasa, quien iba tomando la mano de su padre, miró con curiosidad aquel espejo notando como distorsionaba la apariencia de quien se reflejará en el.

Ella río al notar como la frente de Eren era ahora el triple de grande, no pudo evitar ir junto al niño.

— Me veo muy alta — Dijo, al verse al espejo a sí misma, notando también el cambio en su padre— ¡Oh! Papá se hizo más pequeño.

— Tampoco es que sea muy alto. — Susurro Eren a Mikasa.

— ¿Eso creés? Yo creo que mi papá es muy grande, es mal alto que yo.

— Mi mamá es más alta, — pensativo señaló a la mujer de gafas y al rubio que conversaba con ella— y el señor Zeke también lo es.

—  Mmm, creo que tienes razón... pero mi papá es más alto que ese señor de por allá. — Señaló ahora a un anciano camarero.

Tal y como si Levi no estuviera justo detrás de ellos vigilante, los niños se pusieron a comparar las alturas de todos los comensales de aquel restaurante. No fue hasta que Hanji los llamó a la mesa, que finalmente dejaron el tema de lado para ir a sentarse junto a los adultos.

La mesa que había pedido Zeke no era muy grande, en ella parecían sólo haber lugar para 4 personas.

— Pueden pedir lo que deseen, yo invito. — Comentó el rubio, con su estúpida sonrisa de dientes perfectos.

Zeke le entregó el menú a Hanji, quien estaba sentada en el medio junto a los niños que se acercaron para ver el menú.

Su expresión tan despreocupada se vió interrumpida al sentir un peso extraño sobre sus espaldas, se sentía observado. Sólo basto levantar la vista de su propio celular para notar el origen de aquella sensación.

— Oh, Levi, disculpa, esta es la mesa que ordenó casi todos los días cuando vengo con algunos amigos, olvidé mencionarle eso al camarero.

— Ya veo... — Dijo el hombre más bajo, con el ceño fruncido.

Zeke llamó al mismo camarero que les había dado la bienvenida, quién no tardó en acercarse.

— ¿En qué puedo ayudarlo, señor Jaeger? — Dijo pacíficamente el hombre.

— ¿Podría traer otra silla? olvidé mencionar que traía más compañía.

—  Porsupuesto.

Tras dar una leve reverencia, el hombre se retiró de la mesa. No tardó en regresar con otra de las sillas, la cual fue colocada junto a Eren y Zeke.

— Se lo agradezco. — Le dijo al camarero antes de que este se retirará, para luego invitar a Levi a tomar asiento.

Sin suavizar aquella fría expresión que mantenía, se sentó, era más que evidente que el maldito "orangután" como había comenzado a llamarlo en sus pensamientos, estaba haciéndolo a un lado a propósito.

Viejas heridas Where stories live. Discover now