Capitulo 2: Pasado

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El frío que abundaba aquella noche de invierno era un presagio de la futura tormenta que se aproximaba en la ciudad, gracias a los noticieros la gente se preparaba con pudor para no salir afectados y eran pocas las personas que tenían la valentía de salir de sus casas por el clima.

Levi Ackerman era una de esas personas, desinteresado e ignorante a cualquier advertencia él había llegado a ese restaurante de blancas paredes y decoraciones ambientadas en un entorno italiano. Habían pasado apenas 15 minutos desde que llegó y no podía sentirse tan intranquilo en su lugar, no comprendía el por qué estaba tan nervioso.

Inclusive él mismo se sorprendía, nervioso por hablar con una mujer.

Después de semanas sin tener alguna noticia de la mujer que era su pareja, ella lo había citado en aquel restaurante. Lo que podía ser una buena señal, no lo era para esa ocasión por la simple razón de que la relación no estaba pasando por un buen momento por nadie más que él mismo. Desde que su madre falleció hace apenas dos meses atrás, se había aislado del mundo y eso incluyo por supuesto a la mujer.

Y había hecho otras cosas de las que no estaba orgulloso.


— Buenas noches, Levi. — Dijo una conocida voz.

La llegada de la mujer lo tomó por sorpresa, no logró escuchar cuando ella había llegado a su lado hasta que se sentó al contrario suyo.

— Buenas noches. — Respondió.

Hanji Zöe, su excompañera de la academia para policía, su novia. Para aquella ocasión, vestía demasiado abrigada por el clima.

— No creí que fueras a llamar. — Murmuró, finalmente levantando la mirada por sobre la mesa.— Hanji, quería...

— Quiero que terminemos. — Soltó.

Su típica expresión de seriedad se rompió por unos segundos y fue reemplazada por perplejidad.

— ¿Qué? — Volvió a hablar.

— Lo que escuchaste, quiero que terminemos esto. — Repitio con firmeza.

A simple vista la dureza de su rostro no hizo más que aumentarse, en su pecho un hueco apareció. Sentía como si le hubiesen golpeado con un bate con clavos.

— ¿Por qué? — Preguntó él.

Ella no habló, lo único que hizo fue sacar algo de entre su bolso de mano. Era un documento que por lo visto traía su nombre en él.

— Míralo tu mismo. — Finalizó con dureza, viendo con evidente molestia las acciones del hombre.

Levi tomó aquel documento y sin más, lo revisó. Eran fotografías, en aquellos estúpidos trozos de papel estaba una rostro que lograba reconocer. Lynne abrazaba su torso desnudo mientras la sábana de aquella cama apenas cubría su pecho, la presencia de algunas botellas en la única mesita en la foto eran fáciles de notar.

— Cuando la señora Kutchel murió, me dijo que cuidará de ti y eso intenté. Respeté cuando quisiste tiempo para ti, tenías que pasar tu duelo, pero... — Apartó la vista hacia el ventanal, no perdiendo su tono de voz frívolo.— ¿Por qué me hiciste esto? yo confíe en ti.

Levi no respondió, ver aquella fotografía no hacía más que hacerlo sentir vergüenza de si mismo.

— ¿Qué hice para que me hicieras esto?, yo creí que teníamos algo serio, pero no fue así ... Es que, ¡Mierda, incluso planeamos un futuro juntos! — Exclamó, riendo irónica —. Pero te me reíste en la cara.

Viejas heridas Where stories live. Discover now