Levi iba y venía por todos los cuartos de la casa intentando llevar un balance perfecto entre limpiar su piso, hacer el desayuno y preparar a su hija para su jornada de clases. No parecía irle tan bien considerando el olor a quemado que comenzaba a inundar la casa.
— Papi, ¿todavía no está listo el desayuno? — Pregunto la pequeña.
Mientras la niña parecía muy metida en arreglar a su muñeca, el hombre intentaba apagar la estufa para sacar el huevo quemado.
— Hoy desayunaremos cereal.— Respondió.
— ¿Y qué voy a comer en el recreo?
— Le diré a Petra que te preparé algo y te lo de antes del recreo. ¿Está bien?
Asintió. Estaban atrasados, los lunes la hora de entrada para los niños era una media hora antes. Levi se propuso a arreglar a la pequeña, colocándola de pie sobre la cama para ayudarla a colocarse el uniforme mientras Mikasa levantaba sus brazos pacientemente.
Después de peinarla con un adorable moño azul del mismo color del uniforme, se colocó sus zapatillas y le preparó su mochila.
— Papi...
— ¿Uhm? — Pronunció guardando algunos cuadernos en su mochila rosa.
— Creo que huele a quemado.
Por un segundo, Levi sintió como las pupilas de su ojo disminuían su tamaño al sentir aquel olor. Maldijo a lo bajo, juraba haber apagado esa estufa hace unos minutos.
— Quedate en ti, en caso de una fuga es mejor que te quedes adentro de tu cuarto.
Volvió a asentir, viendo a su papá irse de su cuarto. Ella procedió a sentarse sobre sus piernitas en el suela de su habitación mientras admiraba su muñeca, el día anterior se había divertido mucho con Eren y su mamá. Incluso con su ayuda consiguió un regalo para su querida mamá que se encontraba de viaje, estaba tan entusiasta por decirle.
— Maldita basura... — Escuchó a su padre maldecir a lo bajo creyendo no ser escuchado.
Casi al instante el teléfono comenzó a sonar a la vez que alguien tocaba la puerta. Pudo reconocer su padre había ido primero a la puerta antes del teléfono, quizás debía ir a ayudarle.
Antes de salir miró la hora, recordando que había ocasiones en las que su mamá llaman a estás horas de la mañana. Y así, dejando su muñeca sobre la cama corrió hasta la sala ignorando por completo a su papá, quien estaba distraído hablando con alguien en la puerta.
Apenas tomó el teléfono lo colocó sobre su oreja para descolgar la llamada.
— Finalmente respondes. Te llamé y escribí toda la noche, ¿dónde se supone que estabas, yo-
— ¿Mami? — Reconoció su voz.
— Oh, Mikasa, ¿Eres tú, linda? — Preguntó algo nerviosa.
— ¡Sí! Mami, estaba esperando que llamarás. Papi me dijo que vendrías a verme hace días y aún no llegas, ¿pasó algo malo en tu viaje?
— Ehm... pues, no. Sólo que hay ciertos lugares en los que no tengo señal.
— Ya veo, ¿y dónde estás ahora?
— Estoy en Alemania visitando a tus abuelitos, quería hablar de eso con tu papi, pero ya que estás, ¿cómo la has pasado, nena?
— Estupendo, ayer fuimos con Eren y su mamá a ver luchas libres y no vas a creer a quien nos encontramos, ¡con Zeke Jaeger! Papi y él estuvieron charlando, parecían llevarse muy bien.
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Viejas heridas
FanfictionÉl es un hombre atado en un fallido matrimonio y padre de una pequeña en edad escolar, el único brillo de tranquilidad en su vida. Creía que su vida seguiría siendo la misma hasta que su pequeña hija Mikasa le presentó a un nuevo amigo en la escuela...