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X. Nosotros


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Mi cuerpo se elevaba igual al ritmo de una canción.

La habitación estaba llena de nuestros gemidos, me sentía jodidamente extasiada por todo lo que estaba sintiendo entre las piernas.

Tomé sus manos y las llevé hasta la cabecera de la cama, pegándolas al colchón de manera a que mis pechos expuestos quedasen a la altura de la cara de Zayn mientras continuaba moviéndome sobre su cuerpo. Él aprovechó la oportunidad e introdujo uno de mis pezones en su boca, succionandolo y jugueteando con el.

No podía parar de gritar su nombre.

Habíamos puesto un poco de música y la luz era de color rojo. El ambiente perfecto al son de I feel like i'm drowning.

Logró soltarse de mi agarre para así poder darme vuelta siendo yo quien quedase bajo su cuerpo lleno de tatuajes.

Sus labios recorrieron mi cuello y su miembro hizo magia conmigo.

—Hazlo... —gemí sintiendo como cada vez mi orgasmo estaba un paso más cerca... lo tenía, sus embestidas se apoderaron de mi, hundiéndose en mi cuerpo más duro, sólo entonces, sentí que toqué el cielo — ¡Joder sí! —grité clavando mis uñas en su espalda cuando me dejé ir.

Por otra parte, Zayn gruñó más fuerte sobre mi hombro aferrándose a mi cuerpo. Besó mi cuello, lo succionó y lamió llevándome al éxtasis. Los espasmos de lo anterior aún continuaba presentes y la sensibilidad en mis paredes también. Lo hacía tan rápido que incluso sentí que tendría otro orgasmo aunque no fué así, contraje los músculos internos ayudándole a llegar más pronto y así fué. Se sintió más húmedo y más caliente al detenerse, lo escuché gemir una última vez sintiéndolo venirse en mi interior para así después desplomarse sobre mi cuerpo desnudo el cual aún seguía unido al suyo.

Ámbos respirabamos descontroladamente tratando de tranquilizarnos. Me miró y aparté un par de mechones que se habían pegado a su frente antes de besar cortamente sus labios.

Cambiamos de posición, nuevamente yo arriba sólo para quedarme viento sus lindos ojos cafés adornados por abundantes pestañas. Sus manos descansaban sobre mis muslos. Mis ojos se dirijeron hacía la mesita que había junto a la cama.
Tomé el pequeño porro de marihuana y el encendedor, poniendo así el primero en mi boca para después proceder a encenderlo consumiendolo de una calada. Se lo ofrecí al moreno quien gustoso lo tomó para imitar mi acción. Dejé salir el humo una vez bajandome de encima para después acomodarme a su lado.

Mi cabeza descansaba sobre mi mano mientras mi cuerpo se encontraba de lado para así poder mirarlo mejor. Me lo entregó de nuevo y lo encendí otra vez haciendo exactamente lo mismo.

—¿Tienes hora de llegada? —me preguntó. Yo negué.

—¿Por qué?, ¿Me vas a dar otra revolcadita o qué? —le escuché casi atorarse con el humo por haberse reído lo cual me hizo reír a mi también.

—Sólo si tú quieres. —se acercó para besarme pero ésta vez el humo lo había retenido en su boca pasándome un poco en el transcurso del beso.

Ámbos exhalamos al mismo tiempo.

—Aunque quisiera, tengo que regresar con mis amigos. Les parecerá extraño que haya desaparecido tres horas desde el pub. —intenté levantarme pero éste me detuvo poniéndose sobre mi cuerpo de nuevo.

—Pues les dices la verdad, sólo nos divertíamos. —sus dientes atraparon mi labio inferior para después volver a besarme.

—Claro, les diré que me metí a una habitación de contrabando para echar un polvazo y drogarme con Zayn Malik. —asintió. —Debo vestirme, ya conoces la rutina Cari. —le dí rápidamente un pico antes de quitarmelo de encima.

(...)

Después de levantarme para ponerme la ropa de nuevo, Zayn gruñó en forma de protesta y se dedicó a terminar el porro mientras yo plácidamente me ponía las bragas y el vestido con el que no se necesita usar sostén.
Seguí con los zapatos y al final me puse de espaldas frente a él indicándole que necesitaba ayuda con el cierre.

Tomé mi bolso, saqué el celular y un cigarrillo. Amablemente accedió a encenderlo, finalmente deposité otro beso sobre sus labios antes de partir.

—Eso... estuvo muy rico, lo repetiremos. —asintió atrapando su lengua entre sus dientes.

Y nuestro momento concluyó conmigo saliendo de la habitación para así después inhalar el humo sintiéndolo raspar un poco mi garganta hasta llegar a mis pulmones y después soltarlo.

La música del pub se hacía cada vez más fuerte conforme recorría el largo pasillo de las habitaciones privadas, entre parejas calenturientas hasta algunas que caminaban de la mano o tomando el trasero de alguna chica.

Bajé las escaleras y entonces mi teléfono comenzó a timbrar.

Lo encendí y miré en la pantalla cuatro llamas perdidas de Lena.

Bufé antes de llamarla de vuelta.

Estás peor que mi madre. —le dije.

—¿Dónde mierda estás Elizabeth?, Estamos buscándote hace una hora por todos lados y nada.

—Calma, dime dónde están que ya me desocupé. —le dí otra calada al cigarro.

—Junto a la barra principal, ¿Estabas con Zayn? —me mordí el labio inferior intentando no sonreír.

—Sí. —confesé y entonces ella se relajó.

—Tendrás que darme detalles, ahora ven que nos iremos un rato a casa de Michael.

—Ya ví a Shawn, es la persona más alta en este lugar al parecer. Ya los veo, chao. —colgué sin más caminando entre la gente.

(...)

—Grace, ¿Por qué hueles a sexo? —solté una carcajada.

—¿A qué demonios huele el sexo?

—Es broma, pero si hueles a hierba y loción para hombre. No me sorprende, así que dime, ¿Casi te deja inválida?

—No, pero fué demasiado bueno.
Sólo compartimos un par de palabras, el resto fué lo usual.
Sexo y hierba, me gusta pasar tiempo con Zayn. Es agradable.

—Agradable cuando te tiene gritando que te la clave más duro. —reí de nuevo.

—Cállate, mejor dame. —me extendió el vaso con alguna extraña bebida rosa, tenía un olor fuerte por lo que supuse era vodka con algo más.

—No dices nada porque sabes que es verdad. Muy bueno y todo pero quiero saber cuándo te piensas coger a Niall, es realmente sexy.

—Acaba de llegar, tranquilizate.
No se porqué presiento que será un poco difícil conseguir que se interese.

—Su atención ya la tienes, sigue con lo demás. Tú puedes, eres una cabrona. —Lena a veces me hablaba en un idioma que yo no entendía puesto a que su padre, el señor Hendrick, era de descendencia Mexicana.

—Lo que sea que signifique eso, gracias. Espero lograrlo, dejó de apellidarme Ballard si no cae.

—Salud por eso. —levantó un pequeño caballito de tequila para después ingerirlo todo de un sólo trago.

Yo en verdad esperaba que así fuera.

No veía la hora de tenerlo justo  como me gustan: a mis pies.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 #𝟏 |njh| © Where stories live. Discover now