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Día 1
Sin descanso, me la paso la noche entera buscando apaciguar las apabullantes sensaciones que me carcomen por dentro.
Estoy a tres de estrellar el portátil contra la pared, con el nudo en la garganta y las ganas de destrozar al que se me atraviese.
Desesperado, golpeo una y mil veces en escritorio, cierro el aparato y me levanto tirando de una patada la silla, las cosas de la mesa, lo destruyó por completo.
«Mil veces hijos de puta»
No sé quién está peor, si Elijah o yo, si Shane o Yusef, si Amira o Efraín.
Cuatro de la mañana y recibimos las malditas noticias.
Ese cabrón malnacido la tiene, la tiene y no se que o cual es el destino que le espera porque Maxim no tiene escrúpulos, no tiene cojones y hará hasta lo que sea por hacernos salir.
La descarga de ira me avasalla el tórax.
La última vez que la vi, le dije que no la amaba. Le dije que lo nuestro era solamente cama, le dije que éramos sexo y hasta ahí.
Puras mentiras.
Cada palabra me dolió, me desgarró.
Y tuve que irme pues ver la expresión herida en esos ojos tan hermosos, simplemente era algo que no pude tolerar.
Le dije que no la amaba pero no es cierto.
Nada es cierto.
Yo, ella, nosotros.
Somos todo.
Lo sospechaba desde hacía tiempo, y lo confirmé después de pasar la noche con ella en la cabaña. Después del concierto. Aquel despertar fué uno nuevo incluso para mi alma. Nada era igual, nada se sentía igual y el no tenerla ahora conmigo, el que ella piense que mis palabras eran en serio, me está matando.
No quise actuar como lo hice pero debía hacerlo.
Mi deber es protegerla.
Protegerla de quedar expuesta de esa forma ante el mundo, sin importarme un carajo la empresa o el que pierda socios y todo se vaya al carajo.
Lo único que me importa en realidad es ella.
Hace cinco horas las acorralaron, a ella y a la amiga.
