LIV

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LIV. Verdades que hieren

PARTE II

PARTE II

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Grace

Los movimientos lentos y algo bruscos que mecen la cama, me hacen abandonar el sueño poco a poco. Siento cosquillas en el cuello y se siente como un sueño el estar flotando sobre una nebulosa llena de placer que se concentra en mi entrepierna.

Me palpita y no precisamente el corazón.

Siento ligeras cosquillas y olaeadas inmensas de placer que abunda en mi y me hacen jadear.

¿Estaré soñando o me están dando la mejor masturbación de mi vida?

Los dedos de mis pies empuñan las sábanas bajo los espasmos de mi cuerpo involuntarios. Intento cerrar las piernas pero dos grandes y suaves manos las separan aún más mientras acaricia con sus palmas las caras internas de mis muslos.

El sueño se esfuma, es evidente, y el gemido que abandona mis labios me obliga a abrir los ojos de golpe.

Sigo desnuda, mis pezones están tan malditamente erguidos y sensibles, hace un poco de frío pero eso no vence el calor que siente mi cuerpo en estos momentos. Sonrío y él sonríe mirando hacia arriba mientras su boca lametea y saborea cada espacio de mi sexo.

Mis dedos se enredan en su cabello, mi espalda se arquea en busca de mi propia liberación.

Lo está haciendo tan jodidamente bien.

No logro entender que tienen los labios de este hombre que me tienen en la cima del éxtasis. Su boca, su lengua, la humedad y el calor de la misma.

Sus manos presionan mis muslos, azotan ligeramente mis piernas y su boca succiona con vehemencia mi pequeña perla roja del placer, mordisqueandola con delicadeza causando temblores en mi cuerpo.

Me está haciendo gemir como una auténtica puta y me fascina.

Deslizo sus dedos sobre mi piel hasta que finalmente, introdujo lentamente el dedo medio y el anular de su mano derecha con destreza y lentitud. Sus dedos se arquea hacia arriba y las caricias internas comienzan mientras sus labios y sus dientes muerden uno de mis labios externos. Me estremezco ante la tortura de su deliciosa caricia, empuño las sábanas arqueandome lo más que puedo.

Estoy a tres de terminar en su boca.

Los dedos parecen quedarse en una sola posición, pero en realidad, la verdadera magia sucede adentro. Donde las puntas juguetean en mi interior mientras su lengua traza círculos exquisitos sobre mi clítoris.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 #𝟏 |njh| © Where stories live. Discover now