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Grace
Él enfurece, con cada palabra que brota de mis labios, un nivel de ira crece más que el otro.
Relato tras relato, trata de mantenerse a raya, aprieta los puños mientras me escucha atento. Se emblandece solo cuando el llanto me gana, su cariño es embriagador, atestada de dolor, relató todas y cada una de las veces que Luciano abusó de mi. Las terapias, mi trastorno de ansiedad, el porqué de tomar las píldoras, cuando intenté decirle a mi padre... y no me creyó. Las bofetadas, la visita que le hice a mi tío Elijah en aquella prisión, cuando salí y me encontré con su amigo, Patrick... el consumo de las drogas y el porqué acepté. Hasta ahora, me he quitado la coraza un momento... me he permitido llorar en sus brazos, he dejado que me consuele. Repartiendo besos en mi coronilla mientras acaricia mi cabello.
La respiración agitada me hace saber lo cabreado que está pero no me suelta. Trata de disimularlo, a veces falla, lo cual me hace acurrucarme en su pecho con la guardia tendida en el piso.
Se mantiene en silencio cuando acabo... un silencio que puede con mi desesperación.
—Dime algo... —pido en un susurro.
—Estoy ideando... como pienso romper cada hueso de su maldito cuerpo... —refunfuña entre dientes.
No respondo, pues el tinte de furia pinta y endurece sus facciones.
Llega un punto donde no puede retenerlo y se levanta de donde yacía apoyado su cuerpo. Me pongo en alerta cuando de su boca brota un;
—Voy a matar a ese hijo de perra.
Se encamina al interior de la habitación y me veo corriendo detrás de él desesperada hasta que tomo su mano y le impido continuar.
—¡No! —lo llamo—, Niall por favor... —me escucho tan afectada que incluso yo siento pena de mi misma.
Comenzamos a discutir, él insiste en ir, no está pensando correctamente y yo no quiero que genere problemas por mi culpa. —Te lo dije porque hasta ahora, eres la única persona en quien confío. No quiero que... te suceda algo o que más personas sepan todo esto. —mi voz suena suplicante— Eres el único que sabe... —su ceño se frunce aún más.
—¿Catherine...? —niego.
—Por muchos años me he sentido así, por mucho tiempo he tenido que pasar por todo esto. Es la primera vez que abro mis espectativas así con alguien. —su mirada está puesta en duda total pero al final, termina por regresar a pasos lentos hacia mi puesto. Sus manos acunan mi rostro, tensa la mandíbula, relaja las facciones y sus labios buscan los míos en un toque apenas sutil. Me demuestra la ira contenida con aquel beso... pero también la protección misma. No me equivoqué, es como si solo a él pudiese verlo como mi protector.
