Severed Head

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La manera en la que las cosas avanzan en este tipo de situaciones es deteniéndose. Es decir, esperar, tú te detienes y esperas, pero no es solo eso, también tienes que ver, si no ves no sabrás cuando moverte. Detenerse, ver, esperar, escuchar. Escuchar  es una forma de ver, al igual que tocar o probar, todos los sentidos son simbólicamente extensiones de la vista, todos los sentidos te permiten ver el mundo. En este mundo de luz poco espacio hay para las mentiras, escondiéndose tras las sombras que producen las piedras, arrimándose bajo la tierra, mendigando el aire para sobrevivir.

Incluso las mentiras perecen, cuando nadie sabe la verdad, toman su lugar.

Por ello Jimin no trataba de encontrar una verdad, una explicación, no cuando los acontecimientos eran tan difusos que eran incapaces de mantenerse en sus manos aún si los agarraba. Saber que Jungkook estaba allí no le había facilitado las cosas, al contrario, ahora estaba el lugar mucho más vigilado. Jungkook no estaba lejos, pero con el aumento de vigilancia no podía hallar un momento en el que se sintiera seguro para salir, así, había terminado alargando la situación.

Con el cuerpo al ras del piso y la cabeza pegada a la pared, esperó. Su dedo indice moviéndose a un ritmo constante y preciso, marcando el tiempo "tap, tap, tap" el sonido provocado por la yema de su dedo contra su pierna era inaudible, solo percibiendo el tacto contra la tela para llevar el conteo, su mano un reloj, sus dedos las agujas. El movimiento anulaba su mente de cualquier pensamiento, conectado de forma automática a la cantidad precisa a modo de no tener que siquiera contarlos conscientemente. Con solo unos dos movimientos de diferencia al estipulado, unos pies hicieron sombra contra la pequeña ranura inferior de la puerta. Uno, dos, Jimin contó hasta llegar a quince.

Había estado haciendo esto desde que encontró a Jungkook, desde que casi lo atrapan fuera de su habitación buscando al alfa. Había podido conectarse por Bluetooth, pero al regresar a su habitación perdió la señal, estaban cerca, pero no lo suficiente. Si pudiese acercarse de nuevo podría enviarle un mensaje, comunicarse con él. Aún no estaba seguro si ser dos le ayudaría o estorbaría a la hora de escapar, suponía que dependía de las condiciones del momento, pero al menos le daba confort no saberse completamente solo.

Gracioso, esa era la fuente principal de su confort en condiciones normales.

A parte de la comida y la limpieza, nadie iba a verificarlo, así que le dejaba tiempo libre para poder permanecer frente a la puerta esperando cualquier señal de personas del otro lado. Al ser el pasillo tan pequeño, podía notar la sombra de los que caminaban fuera bajo la puerta y ello le había permitido sacar un estimado de cuantas veces al día alguien pasaba por allí. El que fuese un pasillo de un solo sentido le ayudaba también a determinar el tiempo que demoraban en irse. 

Fue entonces que tuvo la idea de sacar un estimado en base a la misma cantidad de pasos que él previamente había contado en su propia salida pasada. El problema recaía en que no todos abarcaban la misma distancia en sus pasos, por lo que eso tenía que estimarlo en base a la apertura de las piernas de las personas. No podía tener medidas exactas, pero la sombra le daba una idea lo suficientemente buena para empezar a hacer las estimaciones respecto a lo más largas o cortas que fueran las zancadas de lo otros en relación a las suyas, llevando el ritmo de los pasos con su dedo.

Luego de haber estado tirado en el piso haciendo cálculos y tratando de percibir cualquier señal de fuera que le aportase datos relevantes, Jimin estaba seguro de tener estipulado el mejor momento para salir y conectarse nuevamente a Jungkook. Sabía que tenía que seguir allí, la única salida era por ese pasillo y dentro de su vigilia paranoide no había conciliado sueño que le permitiese dejar pasar algo como eso.

Ya fuese por la sensibilidad adquirida o la manía desarrollada, Jimin sintió los pasos venir, su dedo indice sin detenerse ni una vez, el rítmico golpeteo invariable sobre su muslo llevando el conteo exacto, este debía ser uno de los guardias. Tenía un leve cojeo al caminar, casi imperceptible, pero que ralentizaba sus pasos a pesar de ser amplios. Era algo que al principio le había extrañado, en su vigilia descubrió el ritmo constante de los pasos, por lo que esta persona, que producía un ligero retraso entre un pie y el otro, se destacaba entre los demás. Era uno de los tres que solían vigilar.

Rhinestone Eyes -Kookmin/Namjin-Where stories live. Discover now