Charger

55 9 5
                                    

Al momento de aprender, hay cosas que necesitan ser enseñadas, cosas que necesitan ser experimentadas y cosas que necesitan ser intuidas. Del conocimiento derivado de estás tres formas de aprendizaje, en la que menos suelen confiar los hombres es en su intuición, al menos para considerarlo conocimiento. Sin embargo, en los momentos dónde el valor de un conocimiento no está en su universalidad sino en su inmediata ejecución, la intuición siempre lleva la tutela.

Hoseok había aprendido ya hacía mucho como al tratar con situaciones de vida o muerte, la intuición podía ser decisiva para direccionar el devenir de las cosas. Por ello, aunque el plan original era matar al guardia, mientras se acercaba a la cabina que daba acceso al domo, las cosas parecían que se iban a desenvolver un poco diferentes.

La tierra roja había cubierto sus botas, una delgada pero completa capa que se extendía hasta el inicio de su pantalón. Su rostro completamente cubierto al igual que su vestimenta por una capa para cubrir su identidad y para protegerlo del sol, el sonido del respirador el único que llegaba a sus oídos en la gran soledad del desierto. La diferencia entre este planeta y la tierra haciéndose notar hasta en ello, en su hogar, aunque estuviese solo, la misma tierra tenía sus sonidos, desde el mar hasta el viento, aquí el silencio no podía venir de nada vivo.

A este punto, había pensado que ya lo habrían visto, pero muy para su sorpresa la seguridad no era tan fuerte. De hecho, no podía vislumbrar nada dentro de la cabina. Hoseok tenía ganas de reírse de si mismo, porque ¿Por qué habría más seguridad? Fuera del domo solo habían unas pocas personas y todos trabajadores o relativos. No había una nada de lo que protegerse, al menos nada que necesitase una pequeña puerta para entrar desde que su mayor enemigo era la luz solar.  

No tener nada que temer ¿Cómo era ese sentimiento? Su rabia creció ante el pensamiento de la tranquilidad que gozaban estás personas, su profundo rencor resurgiendo a la superficie. Quizás si hubiese sido alguien más, habría dejado que sus emociones tomasen lo mejor de sí, Hoseok sabía hacerlo mejor que eso. Hoseok sabía tomar la rabia, la ira, el miedo y la tristeza y congelarlas dejándolas en un lugar aislado de su mente en el que solo salían cuando se suspendía. Se fue acercando hasta que estuvo frente a la pequeña cabina que era el primer punto de acceso, a sus lados estaciones grade donde suponía pasaban las naves, estaban cerrados debido a que no había ninguna entrando o saliendo, reafirmando el hecho de que solo pocas personas salían y entraban al domo. Ya desde esta perspectiva no podía ver el final del domo, de lejos podía notar el final de la circular, dividiendo sus paneles del cielo amarillento, a esta distancia era demasiado grande para ello y la parte superior de los paneles solares creaban un efecto visual que la difuminaba en el horizonte.

Al llegar frente a la cabina, el recibimiento se lo dio un robot "asistente" como les llamaban. Una afable voz femenina saliendo del parlante, el sintetizador era realmente bueno, casi sentía que una persona le hablaba a través de la máquina. Este era un poco más estilizado que los que había visto antes. Sin embargo, se daba cuenta que las diferencias tecnológicas, aunque apreciables, no eran suficientes para dejar sus conocimientos obsoletos. Probablemente se debía a la diferencia temporal, podía sentir como era tan diferente de la tierra misma, reflejado en la sensación gravitacional de su cuerpo,  aunque no podía calibrar con seguridad el cómo, lo atribuía principalmente a la falta de variación de luz, el constante sol sobre sus cabezas.

Se abrió una puerta y entró sin dudarlo, la misma daba acceso a un espacio aislado donde aparentemente era el primer lugar de revisión. No sabía si la apertura era automática, si adentro había alguien a quien no veía o si el robot había activado la apertura. El lugar donde entró era completamente estéril, el material de la pared desnudo ante sus ojos dándole a todo un aspecto entre clínico e industrial, como una nave. Una música llenaba el ambiente, no podía distinguir que tipo de artefacto la hacía pero por un momento su aliento quedó atrapado en su garganta, sorprendido antes el sonido. Su ensoñamiento duro poco, cortado por la puerta que se cerro pesada tras de si y la misma voz atractiva llamo su atención, unas compuertas abriéndose a su lateral derecho.

Rhinestone Eyes -Kookmin/Namjin-Where stories live. Discover now