Kansas

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¿Lo sabes? ¿Realmente lo sabes? No creo que lo sepas. 

Da una sensación desagradable, tu garganta se obstruye al punto de preguntarte cómo sigues respirando.

Pero sigues respirando, lo sabes, eres más consciente de ello que en cualquier otro momento porque el aire que solía ser imperceptible ahora es pesado, ahora te aplasta.

Miras desde afuera y crees entender, te sientes "identificado" sonríes con resignación rememorando tu propio dolor.

Tus memorias cargadas de culpa, tus sentimientos cargados de duda.

Pero aquí eso no existe. 

Es otra clase de sensación, una que no añora o maldice recuerdos del pasado, que no concibe el futuro. 

Usualmente te genera la tranquilidad de la ceguera, permitiéndote solo ver hacia abajo, menos de un metro de lo que esta delante de tus pies. Así solo te concentras mover un pie y el otro dentro del rango visible.

No hay importancia en el avance, no hay importancia en el camino. 

Caminar pasa a ser un reflejo, un movimiento de un cuerpo ajeno a tu consciencia.

Cada paso repitiéndose dentro de la consecución de un mismo momento llevado a la eternidad.

No es una reducción, la vida necesita reducción, sino sería engullida en su complejidad. No, es su cancelación.

Pero el que tú no cambies no quiere decir que todos los demás no cambien, que todo lo demás no cambie.

Y el movimiento externo, que constantemente te golpea, puede sacar a tu consciencia de la inercia.

Ahí es donde aparece la imagen del abismo.

El abismo de saber que sobrevivirás, porque es el instinto natural del cuerpo en el que estas, un cuerpo que no te pertenece.

No has perdido el control, nunca lo tuviste. Y ese caos es manifestado en tranquilidad y silencio, en un constante aislamiento.

No hay lagrimas para derramar por un sueño que nunca tuviste.

No hay melancolía sin belleza, y la belleza solo es posible en la abstracción. En quien ve el sufrimiento, de otro o propio y se conmueve.

Pero las manos que no pueden apartar la suciedad de sus uñas no son capaces de escribir poemas, y las bocas con labios rotos no pueden emitir palabras de consuelo.

El sufrimiento que nace de no encontrar la razón de tu existencia es hermoso.

 El dolor que se transforma en pena y ennegrece el alma, que carga con la pesadez de una realidad incapaz de materializar las ilusiones.

Si, allí hay belleza.

Porque el objeto del hombre es buscar el motivo de su existencia, una búsqueda tan dolorosa como el nacimiento o la muerte. 

Rhinestone Eyes -Kookmin/Namjin-Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon