Rhinestone Eyes -Kookmin/Namjin-

One Percent

Personas con sonrisas fáciles, historias que se deslizan de sus bocas.

Personas con calidez en sus manos, corazones que se regocijan.

Personas con sudor en sus frentes, manos que saben acariciar.

Personas con brillos en sus ojos, ideas de un mejor futuro.

Jungkook cree en las personas, en la bondad incluso tras la traición y la mentira. En que los actos perjudiciales que alguien puede causar siempre son cometidos por personas con voluntades frágiles y grandes sueños. Él mismo tiene grandes sueños, pero claras metas, metas que definía y cumplía cada día en sus proyectos, acciones realizables, resultados verificables.

"No deberíamos vivir en un domo"

"Deberíamos ser libres"

Había escuchado eso siendo un chiquillo, bastante joven, hicieron tanto revuelo con sus compañeros. Ni siquiera puede recordar cómo empezó, pero cuando se dio cuenta estaba en el recinto de los profesores esperando por sus padres. Tan travieso como era, estaba acostumbrado a  los castigos pero esta vez no sentía el miedo usual de un niño que es agarrado haciendo una travesura. Sentía la rabia de quien es victima de una injusticia.

Sin embargo, sus padres no le regañaron, no lo castigaron ni le riñeron de ninguna forma, dejando al pequeño alfa perplejo. 

"¿Por qué sientes que no eres libre?"

"¿Qué es ser libre?"

"¿Donde viviríamos si no es en el domo?"

Con tres preguntas su madre había acabado con la rebeldía infantil que desemboco ver por primera vez imágenes de la tierra y molestarse por no tener la posibilidad de disfrutarlo. Su padre solía decir que aquella sensación, era la nostalgia de su memoria genética por su hogar, a lo que su madre se reía.  

Aún Jungkook se seguía haciendo esas preguntas, cada vez tentando con respuestas diferentes pero ninguna era satisfactoria. Por supuesto, no sentía particularmente que no era libre, pero a la vez sabía que era porque no tenía razones para hacerlo por el tipo de vida que llevaba, por la persona que era ¿pero todos se sentirían así? Lo dudaba. 

La imagen de Jimin cuando lo fueron a recoger a su vivienda no salía de su mente, el omega tenía una expresión tan perdida en ese momento. Desde entonces solo se había recluido y aquello le preocupaba. Seokjin le trato de tranquilizar diciendo que solo eran las hormonas, que probablemente no se sentía aún cómodo en una casa con extraños. Probablemente era cierto, pero su personalidad no le permitía dejar de sentir inquietud.

Había notado el gusto del chico por los suplementos, ya que era lo que comía primero mientras alargaba el proceso de engullir el resto de la comida. Los suplementos eran papilla de sabores artificiales que a él particularmente no le gustaban tanto, pero sus sabores dulces y textura sencilla los hacía especialmente preferidos por los niños, así que le daba algo de ternura.

Tener un vientre de alquiler no era una practica extraña, si bien no era la norma, muchas parejas recurrían a ello. Jungkook sabía conscientemente que el niño que se gestaba dentro del omega llevaba su ADN pero se sentía un poco ajeno a eso. Se reprendió mentalmente por sus ideas anticuadas sobre "hacer un bebé" Seokjin probablemente entristecería si supiera de sus sentimientos, pero el alfa estaba seguro que mientras más tiempo pasara con el feto, se haría la idea del mismo como "su bebé", había presenciado algunos embarazos y se conocía lo suficiente para saber que a penas el vientre del omega empezara a hincharse sus sentimientos empezarían a desarrollarse igual.

Llegando a la zona donde vivía el omega se dirigió a la tienda más cercana. El lugar estaba algo lejos de la planta pero quería tratar de animar al chico y lo único que se le había ocurrido era comprando el tipo de suplementos que normalmente comía. Como no sabía cuales eran estos, la mejor forma era ir al lugar donde los compraba, que Jungkook asumía era en el comercio de su localidad. Adentro encontró varios tipos y ante la duda tomo dos de cada uno, cuando fue a pagar se sorprendió de que una persona atendiese la tienda y no un asistente.