Capitulo 28

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Domingo.

El aeropuerto estaba lleno de voces, maletas rodando y anuncios por altavoces, pero en ese momento sólo escuchaba a Octavia respirando entrecortado, intentando no llorar.

—Hailey, te voy a extrañar mucho —dijo con los ojos brillosos, a punto de romperse.

La tomé de las manos y sonreí para calmarla.

—Octavia... sólo será una semana, tranquila.

Ella negó, haciendo un puchero.

—¿Y eso qué? ¿Qué vamos a hacer sin Knight? —dijo Jake mirando a Octavia.

—Chicos... —intenté decir, pero el altavoz nos interrumpió.

El vuelo con destino a Ohio, por favor pasar a la puerta cuatro.

Liam apretó mi mano suave.

—Bueno... ese es nuestro avión —dijo, mirándome con una mezcla de emoción y calma.

Yo respiré profundo y los abracé a los dos al mismo tiempo, apretándolos fuerte, como si quisiera memorizar cómo se sentía el estar todos juntos.

—Nos vemos en una semana, tranquilos —dije sonriendo.

—Te amamos —dijo Jake, con la voz hecha nudo.

—Yo también los amo —respondí.

Nos miraron mientras caminábamos hacia la puerta, como si se tratara de una despedida mucho más grande que una semana. El vuelo fue tranquilo. Yo intenté dormir, pero la ansiedad me mantenía despierta. Las manos me sudaban, mi pierna moviéndose sin parar, la mente corriendo.

Cuando el avión aterrizó, sentí que el corazón se me subía a la garganta. Bajamos y caminamos entre el eco de pasos, anuncios, maletas.

La cinta de equipaje se movía lenta. Yo me abrazaba a mí misma.

—Aquí dejé mi auto —dijo Liam mientras tomaba nuestras maletas.

—¿En el aeropuerto? —pregunté.

—Sí, tuve que pagar para dejarlo aquí —respondió riendo un poco.

Alcé una ceja, y él se encogió de hombros como si fuera algo completamente normal. Fuimos hacia la salida. Un empleado le entregó el auto. Liam le agradeció para después poner las maletas atrás antes de subir.

El motor encendió. La ciudad se veía diferente: más tranquila, más amplia, con un cielo gris claro extendiéndose como una sábana enorme. Liam sonreía, mirando el camino.

—Estoy muy emocionado —dijo, girando la cabeza hacia mí un segundo.

—¿En serio? —pregunté, jugando con mis dedos.

—Sí... porque tú estás en mi ciudad.

Sentí calor en el pecho. Le devolví la sonrisa, pequeña y sincera.

Miré por la ventana... calles largas, árboles, edificios pequeños. Todo nuevo. Todo desconocido.

Y mi mente empezó a correr.

Él me va a presentar a sus amigos.

Entre ellos Caleb.

El mismo que interrumpió nuestra llamada esa vez.

Y... ¿qué tal si ella está ahí?

Kimberly.

De solo pensar en su nombre, el estómago se me apretó.

Palmer ya había sido una historia. Kimberly era otra.

—¿En qué piensas? —preguntó Liam, con esa voz que parecía leerme y no leerme al mismo tiempo.

My Only One 3 •Editando•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora