Me desperté por el olor. Algo dulce y salado a la vez que me llegó desde la cocina y me sacó del sueño. Me levanté rápido, todavía con la sudadera y el pelo hecho un desastre, y caminé hacia ahí con la expectación pegada al pecho.
-Buenos días
Dije sonriendo antes de verla bien.
-Oh, buenos días, ¿Te desperté?
Respondió ella con la voz todavía somnolienta y risueña
-Me despertó el olor delicioso
Me acerqué más y pude ver la mesa: un pequeño caos organizado, platos con huevos, pan tostado, fruta. Ella, con el cabello recogido y una camiseta grande, parecía un retrato que no merecía mi desorden mental.
-Es un desastre
Se encogió de hombros, y yo la miré con cariño
-¿Puedo... ayudarte?
Pregunté, intentando sonar casual para que no notara el nudo en la garganta.
Ella dudó un instante y asintió- Emm, claro
Tomé una cuchara, me puse a su lado y empecé a mover lo que hacía falta, acercando mi cuerpo al suyo con la excusa de pasarle algo. El calor de la cocina, el aroma del café, la forma en que su hombro rozó el mío: pequeñas cosas que me calmaron y me aterraron al mismo tiempo.
Respiré hondo. Tenía que soltarlo. Era ahora o nunca.
-Hailey... necesito... necesito hablar contigo
Mi voz salió cargada y temblorosa, pero con decisión. Ella se giró y me miró, y por un segundo se hizo el silencio más claro que cualquier ruido. Sus ojos buscaron los míos.
-Liam... no quiero... arruinar este momento
Dijo con miedo contenido, como si el mundo fuera frágil.
-Lo siento mucho por no habértelo dicho...- Me precipité, agarrando sus manos entre las mías- Estaba pensando en cómo decírtelo, tenía miedo de como fueras a reaccionar. No quiero que me dejes. Eres lo más bonito que tengo y la verdad es que no quiero perderte...
La vi respirar, noté cómo su pecho se movía rápido. El tiempo se hizo lento; cada palabra que había guardado ya no podía quedarse atrapada.
-Liam- Murmuró ella, y sus ojos amenazaban con llenarse de lágrimas.
La tomé con más firmeza y con cuidado pasé una mano por su cara, apartándole un mechón que le caía sobre el pómulo. Una lágrima se escapó y rodó por su mejilla. Me dolió verla así, pero también me dio una clara sensación de alivio. Por fin se lo había dicho.
-No te volveré a ocultar nada... lo prometo
Susurré.
Ella me miró con esa mezcla de ternura y fuerza que siempre me dejaba sin palabras. Me acerqué despacio: nuestras narices se rozaron, sus labios temblaban.
-Te amo, Hailey
Lo dije, como quien confirma la única verdad que le queda.
-Yo también te amo, Liam
Respondió sonriente, esa sonrisa que me desarmaba por completo. No pensé más. Me inclinó y la besé: largo, suave, lleno de todo lo que no habíamos dicho antes. El beso dijo lo que las palabras no podían.
Hailey
Un mes después...El tiempo se me fue de las manos. Todo pasó tan rápido que casi ni lo noté: las clases, las salidas con Octavia y Jessica, los días que pasaba entre estudios y risas con Liam. Y de repente, ya era diciembre. Liam se iría a Ohio a finales de enero, podrá quedarse hasta después de navidad, año nuevo y mi cumpleaños. Eso me hace tan feliz, aunque también me pesa saber que pronto tendré que despedirme de él otra vez.

YOU ARE READING
My Only One 3 •Editando•
Teen Fiction"Siempre serás tu" Liam tendrá que tomar una decisión, la decisión de quedarse con Hailey en N.Y.... o aceptar y seguir sus sueños de ser un jugador profesional.