Flashback
Octavia
Estaba preparando algo para que Hailey comiera. Alex estaba conmigo en la cocina, ayudándome a cortar unas verduras, mientras Jake se mantenía pendiente por si ella necesitaba algo. De repente escuché la puerta del departamento, alguien estaba tocando. Miré a Alex, y él apretó los puños tan fuerte que pensé que le crujirían los dedos.
—No creo que sea él... ¿o sí? —susurré, aunque ya conocía la respuesta por la expresión de Alex.
Alex caminó hacia la entrada y yo lo seguí rápidamente. Para cuando llegamos, él ya tenía a Liam agarrado de la camisa, empujándolo hacia el ascensor. Se lo estaba llevando casi a rastras.
—Alex... —murmuré, pero él no escuchó.
Corrí escaleras abajo antes de que Alex hiciera algo de lo que pudiera arrepentirse. Cuando llegué al estacionamiento, la escena se formó frente a mí como un golpe de realidad: Alex le soltó un puñetazo a Liam tan fuerte que lo hizo tambalear.
—La lastimaste... —otro puñetazo— ¡de nuevo! —gritó Alex con furia.
Liam no se defendía. Ni siquiera levantaba los brazos. Solo recibía los golpes, como si pensara que los merecía... o como si ya no le quedaran fuerzas para intentar defenderse.
—¡Alex! —grité, tratando de sujetarlo y alejándolo.
Pero él lanzó otro golpe.
—¡Alex, basta! —me interpuse entre los dos, empujándolo hacia atrás.
Su respiración era pesada, sus ojos estaban llenos de odio, y, aun así, detrás de esa rabia yo podía ver el miedo y el dolor por su hermana.
—Eres un maldito idiota —escupió Alex, y yo lo abracé por detrás, tirando de él con todas mis fuerzas.
—¡Alex, ya! —insistí.
Él dio un paso atrás, todavía mirándolo como si quisiera volver a golpearlo.
—¡No te quiero volver a ver por aquí! —gritó Alex antes de subir nuevamente las escaleras con pasos pesados.
Me quedé sola con Liam. Se inclinó un poco, llevándose una mano a la cara. Tenía la ceja abierta, un rastro de sangre bajándole por la mejilla. Escupió saliva que más que nada era sangre.
Fui a mi auto, tomé unos pañuelos desechables y regresé con él. A pesar de todo, no podía dejarlo así. Se sentó en el suelo, recargado en su auto, mientras yo le limpiaba con cuidado.
—Octavia... —susurró, apenas audible.
—Liam... ¿por qué lo hiciste? —pregunté sin dejar de limpiar la sangre seca.
Él tragó saliva, respirando entrecortado.
—Dile... —se llevó una mano al abdomen, encorvándose un poco por el dolor— dile que me perdone...
Cerré los ojos. Dolía escucharlo así.
—Lo siento, Liam... —murmuré—. Necesitas irte.
—Dile que la amo, Octavia... por favor —dijo con la voz quebrada, suplicando.
Lo ayudé a levantarse y a subir a su coche.
—Con cuidado, Liam —dije cuando cerré la puerta.
Él encendió el auto y se fue, manejando como si el mundo se le estuviera cayendo encima.
Subí al departamento y me encontré a Alex cruzado de brazos, todavía respirando fuerte, su mandíbula tensa.
—No entiendo por qué lo ayudas —dijo sin apartar la mirada de mí.
Suspiré.
—A pesar de todo... fue el amor de Hailey. Y si ella no puede cargar con esto sola, al menos puedo ayudarla así —respondí con calma.
Alex apretó más la mandíbula.
—No se lo merece.
Caminé hacia él sonriendo con suavidad.
—Te ves lindo cuando te enojas —le dije, y su expresión finalmente se suavizó.
Me tomó entre sus brazos, apoyando su frente en la mía. Luego me besó despacio, como si necesitara asegurarse de que yo estaba ahí.
—Te quiero, Octavia —susurró.
—Y yo a ti —respondí, acariciándole la mejilla.
Desde el día denuestra cita, Alex y yo nos volvimos más unidos que nunca. Estamos empezando asalir. Y por primera vez en mucho tiempo... espero que todo vaya muy bien.
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My Only One 3 •Editando•
Teen Fiction"Siempre serás tu" Liam tendrá que tomar una decisión, la decisión de quedarse con Hailey en N.Y.... o aceptar y seguir sus sueños de ser un jugador profesional.
