El nudo en la garganta crecía con cada segundo que pasaba. Aiden había estado raro desde hace días, demasiado atento, demasiado... culpable. Y ahora, al juntar piezas en mi cabeza, la verdad se presentó fría y clara. Aiden ayudo a Zayn.
Me levanté de un salto de la cama y bajé las escaleras con paso apresurado. Allí estaban: mi padre en el sofá, Aiden acostado en el otro sofá, ambos compartiendo pensamientos acerca del partido. El aire se cortó cuando entré.
-¡Eres un hipócrita de mierda!
Grité, la rabia explotando por fin. Mi padre me miró extrañado.
-Liam
Dijo, intentando calmarme. Aiden se quedó en silencio, con la vista baja.
-¿Qué esta pasando?
Preguntó mi padre, confuso.
- ¡Tú!... ¡Fuiste cómplice de Zayn! Lo ayudaste a drogarme
Aiden negó con la cabeza intentando aparentar inocencia.
-No sé de que hablas
Balbuceó.
La ira me volvió sordo. No pensé, no medí: le di un puñetazo en la cara. Aiden cayó al suelo, sorprendido, con la sangre asomando en la comisura del labio.
-¡Liam! ¿¡De que estas hablando?!- mi padre se interpuso entre los dos, alarmado- ¡Basta!
-¡Zayn fue el idiota que me drogó para que no pudiera jugar en el partido... y tu- dije desviando mi mirada hacia Aiden- mi propio hermano, fuiste su puto cómplice
Le grité, la voz quebrada de rabia y miedo. Aiden tembló. Su voz salió apurada, sin fuerza.
-No fue mi intención, Liam...- dijo, incapaz de sostener la mirada- Al principio si quería hacerlo, lo admito, pero después me di cuenta de que estaba mal. Intenté evitar que esto sucediera, pero Zayn ya lo había hecho
La rabia me rompió hacia adentro. Las palabras lejanamente racionales de Aiden sonaban huecas.
-¿Sabes que pude haber muerto? -le solté, y una lágrima amenazaba con salir de mi ojo- Zayn me agregó demasiada sustancia. Podía haberme desvanecido en la cancha, no sabes lo que pude haber sufrido
-Lo siento mucho, Liam
Murmuró Aiden, con toda la culpa del mundo estampada en la cara. Todo encajó. Las actitudes de estos días, las miradas, ese comportamiento "bueno" que me había parecido tan raro: culpa. Y pensar que era mi propio hermano...
-¡Por eso te comportabas tan bien conmigo! ¡Sentías culpa!
Grité, la voz que me salía áspera de tanto contener. Mi padre se frotó la sien, agotado y desorientado por la intensidad de la escena. No sabia que decir, como arreglarlo.
-Me largo de esta casa- dije, la decisión fría llenándome- Y a ti- apunté a Aiden con la mano temblando- no te quiero volver a ver en mi puta vida. ¡Ya no tengo hermano!
Con la furia aun latiendo en el pecho, subí por las escaleras hasta mi habitación. Metí ropa en una mochila con movimientos mecánicos, cada prenda cayendo como si empacara algo más que telas. Bajé otra vez a la sala. Me dirigí hacia la puerta principal sin mirar atrás. Aiden intentó decir mi nombre, con la voz quebrada, pero no le presté atención.
-Liam
Dijo, suplicando.
No me detuve. Salí y subí mis cosas al auto con manos temblorosas, cerré la puerta con más fuerza de la necesaria y me senté al volante. El motor rugió y por un instante pensé en volver a girar, en hablar, en perdonar. Pero la traición me quemaba por dentro y necesitaba espacio, necesitaba no estar ahí enfrente de ellos con ese odio clavado.

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My Only One 3 •Editando•
Teen Fiction"Siempre serás tu" Liam tendrá que tomar una decisión, la decisión de quedarse con Hailey en N.Y.... o aceptar y seguir sus sueños de ser un jugador profesional.