Capitulo 4

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3 días después...

Liam

El día de hoy no teníamos clases. El director había explicado el motivo, pero sinceramente no puse atención... ¿Por qué? Porque estaba viendo a Hailey.

Desde el lunes en las canchas no me dirige la palabra. He intentado acercarme, buscarla a solas, pero me evita como si yo fuera un desconocido. Eso... me duele más de lo que pensaba.

Ahora estoy en mi casa. Decidí que hoy iba a descansar, dormir todo lo que no he dormido en estas noches pensando y repensando lo mismo: ¿Qué voy a decidir para mi futuro? ¿Y qué pasará con mi relación con Hailey?

Me tiré en la cama y me quedé dormido un rato.

Cuando desperté, era la hora de la comida. Bajé y me senté en la mesa con mi padre. Aiden, como siempre, seguramente estaba encerrado en su cuarto, haciéndose loco o jugando videojuegos.

Estábamos comiendo en silencio cuando mi teléfono vibró encima de la mesa. Mi papá tiene una regla clara: no teléfonos en la mesa. Claro, yo siempre rompía esa regla cuando podía.

Volvió a vibrar.

¿Y si es Hailey?

Lo agarré casi sin pensarlo.

-Liam, NO teléfonos en la mesa

Me reprendió mi papá, serio.

-Perdón

Respondí dejando el celular a un lado, aunque por dentro me estaba quemando la curiosidad. Alcancé a ver que era un número desconocido. Solo la notificación, ni siquiera el contenido.

Rodé los ojos y volví a dejarlo en la mesa.

-Gracias

Dijo mi padre satisfecho, regresando a su comida.

Yo apenas podía quedarme quieto. Masticaba, asentía a lo que mi papá decía de la comida, pero en realidad mi mente estaba arriba, en el teléfono, ardiendo por abrir el mensaje.

Apenas terminamos, subí las escaleras de dos en dos y entré a mi cuarto. Agarré el celular y desbloqueé la pantalla.

El mensaje decía:

[Número desconocido]: Hola Liam. ¿Ya sabes quién te drogó antes de tu partido? Tengo una pista... estuvimos esperándote en primera fila, pero no apareciste :(

Un escalofrío me recorrió la espalda.

¿Quién carajos era?

Me quedé viendo la pantalla unos segundos más, con el corazón acelerado. No podía quedarme así. Fui directo al armario, saqué de una caja vieja mi antiguo teléfono, uno que usaba cuando estaba en la preparatoria.

Lo conecté y esperé a que se cargara lo suficiente para encenderlo.

Cuando por fin prendió, anoté el número en la agenda para verificar si estaba registrado. Apenas marqué los primeros cinco dígitos... el teléfono me dio una sugerencia.

Me quedé helado.

Lo sabía. Sabía que había sido él.

Zayn.

Lo que no entendía era... ¿Quién más estaba con él? Porque el mensaje decía "estuvimos". No podía ser solo él. Tenía un cómplice. Me dejé caer de nuevo en la cama, mirando el techo, con mil preguntas en la cabeza.


Hailey
Me desperté exactamente a las diez. Estaba demasiado cansada de levantarme temprano, y por esa razón amo los fines de semana: porque puedo dormir un poco más sin la presión de escuchar la alarma.

Me estiré con flojera y caminé directo al baño para darme una ducha. El agua tibia me relajó bastante, sentí como si me quitara el cansancio acumulado de la semana.

Cuando salí, caminé hacia la cocina y me preparé algo de desayuno. Lo llevé a la sala porque quería ver la televisión mientras comía. Encendí el televisor y dejé que cualquier programa me acompañara mientras terminaba de desayunar.

El tiempo se pasó volando, y apenas terminé de comer me dio sueño de nuevo. Me acomodé en el sofá y me quedé dormida por un rato más.

Cuando desperté, sentía que el día se me había ido demasiado rápido. Regresé a mi habitación, abrí el armario y saqué mis zapatos, me los puse con calma y tomé mi bolso: hoy iba a salir un rato con Octavia, necesitaba distraerme. Justo en ese momento sonó el timbre.

Me acerqué a la puerta, la abrí y ahí estaba ella, sonriendo con su energía de siempre.

-Hola, buenas tardes

Dijo con su tono alegre

-Buenas tardes

Respondí sonriendo también

-¿Si iremos de compras?

-Claro

Contesté cerrando la puerta detrás de mí.

-Esta bien

Dijo emocionada. Bajamos juntas por el elevador, charlando de cosas sin importancia, y al llegar al estacionamiento subimos a su auto. Ella encendió el motor, puso música y comenzó a manejar rumbo al centro comercial.

Por primera vez en varios días, sentí que podía dejar mis problemas atrás, aunque fuera un momento.

Liam

Mi papá me había comentado algo la primera vez que llegué a la casa, el domingo... pero ¿Qué era?

Recuerdo que me quedé confundido. Me levanté de la cama y fui al baño, después regresé y me senté sobre la cama. Abrí mis apuntes y comencé a estudiar. Al menos en algo podía concentrarme, ya me habían entregado dos calificaciones, y ambas con muy buen promedio. Eso no habría sido posible sin Hailey. Ella me había ayudado tanto... y ahora apenas me soportaba.

El día se me pasó rapidísimo, y cuando menos lo pensé ya era de noche. Me acosté y cerré los ojos, tratando de no pensar en nada, aunque el maldito mensaje volvía a mi cabeza una y otra vez.
(...)

Me desperté temprano, preparé mis cosas para ir a la universidad, me vestí y tomé las llaves del auto. El trayecto fue normal, incluso aburrido. Aparqué, me bajé y caminé hasta la entrada.

Fui directo a mi casillero, guardé un par de cosas y lo cerré. Al darme la vuelta, la vi. Hailey estaba frente a su casillero, con esa calma que a mí me revolvía todo por dentro. Apreté la mandíbula, volví a girar y seguí mi camino. Ella no me miró, o al menos no lo noté.
(...)

Todas las clases pasaron volando, casi ni me di cuenta. En el descanso terminé sentado con Chase, porque el maldito traidor de Jake se fue con las chicas y me dejó a mi suerte.

Ya en casa, estaba en mi habitación acomodando mis cosas. Pero otra vez me distraje pensando en el mensaje.

¿Quién me había drogado realmente?

No podía ser solo Zayn. Tenía que tener un cómplice.

"Primera fila..."

Esa frase no dejaba de sonar en mi cabeza. La había escuchado antes, lo sabía. Traté de recordar todo lo que hice esta semana. Clase, biblioteca, entrenamientos, conversaciones con Jake, el partido.

Seguí repasando mentalmente, una y otra vez, hasta que alguien interrumpió mis pensamientos.

-Oh, perdón. Pensé que estabas libre

Era Aiden, asomándose a mi cuarto.

-¿Qué pasa?

Pregunté algo irritado

-Estamos viendo el partido abajo... por si quieres venir

-Ahorita bajo

-Esta bien

Alzó las cejas y cerró la puerta.

Me quedé mirando la puerta fijamente. Pero de repente un escalofrío me recorrió la espalda.

Aiden....

¡Aiden!

My Only One 3 •Editando•Место, где живут истории. Откройте их для себя